31 de Mayo de 2021 (Parte I)

22:26. No recuerdo haber tenido que hacer un índice para una entrada en todo el tiempo que llevo escribiendo. Probablemente me lleve varios días redactar esta entrada por completo la divida en varias partes.

Ha ocurrido mucho en estos 12 días y he pasado por multitud de estados de ánimo. Mi montaña rusa emocional se ha dividido en varias atracciones de feria, con movimientos igual de intensos que me han tenido de un lado para otro sin parar. Tristeza, alegría, decepción, dudas, certezas, apatía, desánimo,…

Mi última semana con las niñas terminó muy bien, en familia como de costumbre. Hace ya mucho tiempo que no siente ese decaimiento al separarme de ellas el domingo. Me duele decirles adiós pero se trata de su tiempo con la madre y de mi tiempo solo.

Precisamente ha sido en ese periodo, aunque también estando con las niñas, cuando he echado de menos a Ámbar. Me faltaba su compañía, retomar la soledad en este sentido no es un proceso fácil.

El lunes 24 trabajé de tarde por lo que esa mañana, muy temprano, le envíe un mensaje por si tenía un hueco y quería que le devolviese sus prendas de ropa antes de salir al trabajo.

[Conversación con Asunta, continuo mañana]

01/06/21 20:42.

Las niñas hablan con Ágara, intentaré aprovechar el huequito continuando donde lo dejé.

Ámbar me respondió que tendría un momento a partir de las 11 de la mañana. Concretar el lugar de encuentro fue un poco desconcertante. Le pregunté donde prefería que nos viésemos: en mi casa, la suya, a medio camino, fuera del barrio,… Ella me había pedido hacerlo lo menos incómodo posible y esa era mi única intención.

Eligió una zona abierta y relativamente poco transitada del barrio. Me indicó que cuando ella llegase me avisaría para que saliera yo de casa. La verdad es que no lo entendía, no me parecía ni bien ni mal, solo no lo entendía. Me sonaba a alguien dolido y si esa era la mejor forma que veía yo no podría ningún impedimento. Le hice el comentario de que parecía una entrega entre espías a lo que ella respondió con una cara sonriente.

Nada mas recibir su aviso me dirigí al lugar caminando, las distancias aquí son muy cortas. Ella miraba el móvil, creo que también respondía un mensaje mediante un audio. Yo iba con la mascarilla puesta, ella “corrió”a ponerse la suya. Nos saludamos con cierta frialdad. Le pregunté al respecto de sus consultas médicas y me puso al día rápidamente.

Después de eso le dije que no entendía muy bien su elección del lugar a lo que me respondió que era un lugar íntimo, como habíamos llevado la relación. Pensé que no hacía mucho era ella misma la que decía que todo el barrio ya lo debía saber y le daba igual. Ahora menos entendía no vernos en mi casa por ejemplo.

Según terminó de darme esa respuesta ya sólo quería marcharse. La acompañé hasta la altura de mi casa, por el camino le intenté decir que no tenía nada en contra de ella, que no tenía ningún problema en continuar el contacto. Ella sólo quería salir de allí.

Le dije adiós junto a mi puerta, triste finalizar así después de lo compartido pensé. Había sido mi decisión y esa era una de las consecuencias a asumir.

Subo a contarles el cuento a las niñas, ya han terminado de hablar con Ágara.

22:06. Niñas dormidas, continuo.

Fue al día siguiente, al levantarme para ir a trabajar, cuando recibí unos mensajes que Ámbar me había enviado en la madrugada. Ese día llegue tarde a trabajar, me detuve a responderle:

“Que diferente ha sido verte hoy. Otras veces hacía el paseillo hasta tu casa entre risas y bromas contigo por whatssap, con ganas de pasar ese ratito juntos, con ilusión… Hoy lo he hecho sin tener ganas, pensativa, a punto de darle carpetazo a esta etapa de mi vida, entre tristeza, enfadada y confundida.

No estaba aun enamorada de ti pero sé que con el tiempo yo sí podría haber llegado a estarlo aunque respeto tu no y respeto tu decisión por encima de todo. No estoy de acuerdo con las formas pero acepto tu decisión sin problemas.

Hoy esperaba que me dijeras cara a cara porque decidiste hacerlo a través de whatssap, porque cambiaste del viernes al domingo como del día a la noche, etc. Pero en vista de que eso no ocurrió yo me quedé con ganas de decirte algunas cosas que no pude allí, sentí la necesidad de salir corriendo.

Soy bastante orgullosa y no suelo hacer estas cosas, pero hoy lo creo necesario para poder cerrar este capítulo de mi vida y seguir mi camino sin rencores ni malos rollos. Querría haberlo hecho hoy, mirándote a los ojos, pero no pude:

Para mi has sido alguien muy importante, me he sentido muy bien a tu lado, libre, respetada, deseada, mimada, escuchada, importante para ti… Me he divertido, he descubierto muchas cosas de mi que aún no conocía. He comprobado que las conexiones sí existen y esto es lo que me pasa contigo.

Algo me atrae de ti, siento una conexión que no había experimentado antes, aunque no hayamos continuado. Gracias por estos meses, por todo lo que me has aportado y enseñado.

Nunca me había ocurrido esto, pero me habría gustado tenerte en mi vida de la manera que fuera. Me habría gustado incluso como un amigo. Pero bueno, las cosas se dan como se dan y ya está. Lo que te he dicho antes, respeto tu decisión y punto.

Esta semana te he echado mucho de menos, poder leer ‘[Mi Nombre] padre de [Nombre de su hija]’ en la pantalla de mi móvil, tus ‘cucus’, tus ‘hola hola’, escaparme alguna noche para pasarla juntos, tus besos, tus caricias, tus abrazos, nuestro momento café, he echado de menos contarte lo que me estaba pasando día a día, nuestras conversaciones hasta las tantas de la madrugada, tus creps, las duchas juntos jajajaa y podría seguir unas cuantas cosas mas… He descubierto que no te necesitaba pero sí elegía pasar mi tiempo contigo, porque me aportabas muchas cosas y eso me llenaba.

Creo que lo nuestro merecía una despedida en condiciones pero bueno, surgió todo así y ya está. Ahora estoy centrada en mi y no tengo tiempo de venirme abajo, no me lo puedo permitir. Estoy bien pero evidentemente me da pena y durante un tiempo te voy a echar de menos. Me duele la manera en la que has hecho las cosas pero te respeto y te tengo cariño por encima de eso.

Considero que era de justicia despedirme así de ti. He sido sincera contigo siempre durante estos meses. Ahora no voy a dejar de serlo.

Espero de corazón que te vaya todo muy bien y gracias por estos meses, han sido estupendos para mi. Cuídate mucho [Mi Nombre]. Besos.”

Reconozco que ha sido duro transcribir sus palabras (también lo ha sido volver a copiarlo para publicarlo en el blog). El nudo en la garganta y los ojos nublados me han acompañado en algunas partes. No me di cuenta en ese momento pero se envió en varios mensajes, todos a las 00:50. Lo escribió antes en otra parte, no quiero imaginar el tiempo que necesitó o, tal vez, lo duro que pudo ser para ella.

Como he dicho llegué tarde a trabajar, sentí la necesidad de responder en ese momento:

“Sin duda han sido 5 meses muy bonitos Ámbar. También te echo mucho de menos, se ha quedado un vacío que me ha hecho preguntarme si fue o no la decisión correcta para luego recordarme que no había sentimientos y saber que sí, que yo no podía continuar así.

Ámbar querías hacerlo de la manera menos incómoda posible. Lo he respetado, me he quitado de en medio, incluso ante las peticiones de Alba de ir a ver tus gatos y a tu niña. Ayer seguí tus instrucciones, aunque no las entendí. Te fuiste corriendo y yo no sé como estás. ¿Quién demonios soy para retenerte y darte mis razones?.

Te dije que no podía justificar las formas, fue un acto egoísta. No podía continuar la relación hasta haberte visto para decirte adiós. Sentía que te estaba mintiendo y necesitaba ser sincero.

Me preguntas por mis razones, son muy simples Ámbar. Como un mes atrás comencé a dudar pero quise quedarme porque lo tenía todo contigo, estaba tremendamente bien contigo y me veía capaz de enamorarme. Pero no ocurrió y las dudas no se fueron. Si dudo no es ahí. No fue un proceso de 3 días. Creo que el detonante fueron algunas de tus palabras o algunos gestos que pude interpretar como que estabas en un camino en el que yo no y me vi engañándote.

Yo estaba por lo que me aportabas: compañía, risas, complicidad, sexo,… Tú ibas a más y yo sabía que ya no quería más. No podía engañarte.

Te he echado y te echo de menos. También me habría gustado continuar de otra forma pero nunca si eso te afectase en cualquier sentido. Por eso he dado un paso atrás intentando hacértelo lo menos incómodo posible.

Te tengo muy presente Ámbar, el cariño es mucho. Ayer no pude contener el tocarte cuando me habría encantado abrazarte. Me gustaría ser un palo más al que te pudieses agarrar y yo, de forma egoísta de nuevo, conservar algo de lo que me aportabas. Puede que no sea el momento y necesitemos más tiempo.

He pensado que al menos continuaríamos cerca por las niñas, Alba nombra a tu hija y me ha contado tienen planes. Esto está de tu mano, yo estaré encantado de recibirlas, si fuese el caso, o de visitarlas. Incluso, si lo necesitas y ella quiere, de que la dejes aquí mientras tú descansas.

Ámbar, te lo intenté decir ayer mientras te ibas corriendo, no tengo nada en contra de ti. Es al contrario, sólo puedo darte las gracias por este tiempo que hemos compartido.

Muchas gracias Ámbar.”

Fin de la parte I

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