17:17. Semana de tranquilidad, más que semana diría periodo. En mi última entrada estaba de bajona. En esa ocasión y cambiando los roles habituales fue Asunta la que me ayudó a remontar.
A partir de ese momento, tanto ese domingo como el resto de la semana, me he encontrado muy bien. Estar con mis hijas tuvo mucho que ver, también Ámbar aportó mucho en ese sentido.
Curiosamente se han resuelto algunas de mis dudas Ámbar/Asunta, o tal vez me he decantado por continuar caminando con la primera. Esto no deja lugar a Asunta en otro sitio que no sea una relación de vecinos cercanos.
Durante la semana con las niñas Asunta estuvo presente y hablamos/bromeamos varias veces. Incluso el sábado, de sorpresa, tuvo el detalle de comprarnos porras para el desayuno y dejarlas en nuestra puerta (ella tuvo que madrugar y al parecer se acordó de nosotros).
Ahora estamos en la semana sin niñas y ambos hemos desaparecido de la vida del otro. Tal vez esa sea nuestra rutina, “acompañarnos” en los periodos con niñas y hacer nuestras vidas la siguiente semana.
Algo ha cambiado con Ámbar y puede que tenga que ver con este “distanciamiento” con Asunta. Nos hemos vuelto más juguetones y nuestra relación se ha tornado mucho más que sexual que antes, y ya lo era.
Hoy nos hemos encontrado durante la mañana y hemos tenido una intensa jornada sexual. No me entiendan mal, continuamos con mucha comunicación en todos los sentidos, ternura, complicidad,… pero ahora, además, nos dedicamos a calentarnos y a explorarnos, lo que hace que todo sea mucho más intenso y pasional.
En cierta forma creo que es la evolución lógica de las cosas. No nos guardamos nada, lo que nos gusta, lo que no, lo que nos gustaría probar… y sin que ninguno tenga prejuicio alguno a disfrutar de su cuerpo. Bueno, ella traía algunos pero yo no juzgo y se los ha quitado de encima muy rápido.
Comunicación sincera, no puedo llamarlo de otra forma.
Espero volver a verla el viernes y puede que alguna noche, aunque realmente no cuento con esto último ya que es poco probable. Fue ella quien me lo comentó, en realidad por segunda vez en estos tres meses. Como le dije la primera vez es algo que está solo en su mano y yo no lo propondré aunque duermo en mi casa todas las noches y estaría encantado en compartir esas horas con ella.
¿Por qué no lo propongo? Yo estoy sin niñas, ella depende de alguien que se quede con la suya y poder estar conmigo. No seré yo quien ejerza ningún tipo de presión en ese sentido cuando yo no estoy dispuesto a hacerlo en mi periodo con niñas. Así se lo he explicado y ella me ha dado las gracias por hacerlo de esta forma.
La veo ilusionada, implicado, en cierta forma encandilada (esto es muy subjetivo pero bueno, este es mi diario). Por otro lado también la veo consciente de que en cualquier momento cualquiera puede decir que se terminó. Mi impresión es que, como yo, no tendría problemas en aceptarlo y eso me encanta. Por aquí dejo este tema y paso a otros asuntos.
Las niñas están bien, continúan con su adaptación al nuevo cole. No es que no lo estén, se trata de que les gustaría volver al otro pero eso no es posible. La que tal vez lo echa más en falta es Aroha, en ocasiones ha llorado por la nostalgia. Ella misma se permite dejarlo fluir para quedarse vacía de todo lo que le preocupa, palabras textuales de ella. Me preocupa pero por el momento solo la acompaño en su proceso intentando ponérselo lo más fácil posible.
He tenido dos conversaciones con Ágara al respecto de cada una de las niñas. Primero al respecto de Alba. Desde el centro escolar enviaron una encuesta para evaluar si algún niño presenta altas capacidades. Ese día pasaron la tarde con ella y fue quien la rellenó. La “revisé” cuando las niñas llegarón y la tuve que modificar en varios puntos. Por supuesto se lo comuniqué:
—Discrepo contigo—le indiqué enviándole una imagen con sus respuestas y otra con las modificaciones.
—Bueno, era para hacer entre ambos, hubiese sido lo suyo. Tú verás cosas que yo no y viceversa. ¿Quieres comentarlo?¿Discrepas en todo?—me respondió.
Lo que menos me apetecía era comentarlo o quedar con ella para hacerlo juntos. Simplemente le indiqué que solo había modificado los puntos que le había enviado y que esos serían lo que llevaría la niña al cole.
Esta diferencia de pareceres, en esos puntos concretos sobre el comportamiento e inquietudes de la niña, me reflejó lo diferente que puede ser su comportamiento según con cual de los dos esté.
La segunda conversación, esta vez respecto a Aroha, ha sido esta misma tarde. En cierta forma creo que ha servido para que entienda en que forma tengo definidas las cosas. Ella me indicaba su intención de llevarla a su homeópata “de cabecera” por el tema de la fractura del brazo. Le respondí que me parecía prematuro ya que la próxima revisión por el traumatólogo, que incluye una nueva placa, no sería hasta dentro de un mes. También le indicaba que tomaba su aviso a título informativo y no como una demanda para que abonase la mitad de esa factura.
—¿Será prematura? Es para ganar tiempo, para que su recuperación sea cuanto antes, evitar posible lesiones, fortalecer,… vitaminas y suplementos no le harán daño.—fue su repuesta.
—No sabemos si ya ha fortalecido o no, si tiene más cayo óseo o no. En ese sentido es prematuro. No, daño no le hará. Yo te he dado mi opinión, no entro en lo que decidas hacer.
—Bueno… Es cosa de los dos… es nuestra hija. Eso no ha cambiado.—continuó ella.
—Sí y no. Es tu tiempo, no le hace daño,… Yo ni pincho ni corto. Es como con las clases de guitarra de Alba—está recibiendo clases online con Arantza, decisión de niña y mía— Te informé pero no quiere decir que, siendo no perjudicial, puedas decidir o tengas que pagarlas.
—
Creo que mi postura es clara y la correcta, dentro de la relación que mantenemos. Si no la tenía clara espero que ahora no le queden dudas.
Por incompatibilidad de horarios hemos tenido que cambiar de profesora de inglés a Aroha. Esto lo hemos hecho de forma acordada. Otras cosas creo que es importante que el otro las sepa pero entendiendo que es una “cuchara”, ni pincha ni corta (como fue con la escalada, etc).
Me encuentro bien. Tranquilo con mi vida, con mis hijas, con Ámbar,… Ahora estoy muy bien.
Respecto a los amigos, la semana pasada retomé el contacto con el compañero con el que más sintonía tenía en mi puesto de trabajo anterior, ya hace más de una año del cambio. Un encuentro por casualidad… es curioso como ocurren las cosas.
Lo dejo por aquí y voy a llamar a las niñas, a ver que tal ha sido su día. Buenas noches mis amores.