18:27. Sí, mi pequeña, la que me enseñó a ser padre, ya no lo es tanto. El pasado viernes fue su cumpleaños. Recuerdo que el día nos regaló un precioso arcoíris en el momento de llevarlas al cole.
Pasaron la tarde con su madre, así se estableció en el acuerdo y así lo hemos hecho. Una vez regresaron a casa continuamos con nuestra rutina de los viernes noche: peli y pizza. Ninguna de las dos fue capaz de llegar al final de la película. En cierta forma lo esperaba después de un día tan emocionante.
Las subí en brazos a la cama, no sé durante cuanto tiempo más podré hacerlo con Aroha pero ese día pude. Se está convirtiendo en una mujer, cuando más presente se me hizo fue al ver la foto que Agara había colocado como imagen de perfil en Whatssap. Aroha casi alcanza ya su altura; vale que ella nunca ha sido muy alta pero mi niña ya es una mujercita.
El fin de semana ha sido de celebraciones. El sábado con mi familia en la casa de campo, muchas gracias por estar, no imaginan lo importantes que son. El domingo, este año sí, fue con amigos de su clase. El cumpleaños anterior sólo fue en familia, reconozco que no estaba de ánimos para ninguna otra cosa. Este no, pese a las limitaciones, pese el Covid, este año hemos regresado a “lo habitual”.
Lo entrecomillo ya que ha sido a pequeña escala. Lo hemos celebrado en casa y con dos condiciones que yo he impuse: no más de siete invitados (para no superar las 10 personas en casa, contando con nosotros) y sólo de su aula actual (para intentar mantener la burbuja de las niñas y dar cierta “tranquilidad” a los padres del resto de invitados y a mi mismo). Al final fuimos 9 en total, almuerzo y merienda.
Todo un éxito, siento no poder ser modesto. Mis hijas, los invitados y yo mismo hemos terminado súper contentos. Así me lo han trasladado las niñas y los padres del resto de invitados finalizada la celebración.
Tenía el temor de que Alba se pudiese sentir desplazada al ser la única niña pequeña. Sin embargo lo ha disfrutado tanto que ya tiene lista de invitados para su fiesta. Creo que tendremos que hacer «una quedada» antes, falta mucho para su cumple y me da que no aguantará tanto.
Las niñas se fueron con su madre después de la fiesta, iniciaba semana sólo en casa.
Estoy contento con todo lo ocurrido a lo largo de la semana con ellas. Creo que el mejor momento, quitando fiestas de cumpleaños y la alegría de las niñas, fue el momento de intimidad que regalaron el viernes noche al subirla en brazos.
La última a la que trasladé fue a Aroha y después de dejarla en su cama las arropé. Ambas se acurrucaron y me transmitieron tranquilidad y seguridad. Estaban en casa, seguras y amadas. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue “Lo estás haciendo bien”. No había mejor forma de comenzar el fin de semana para mi, fue maravilloso.
El resto de la semana con ellas transcurrió muy bien. Varias visitas médicas de rutina pero todo perfecto. Tendremos que cambiarles las gafas a ambas, les ha aumentado un poco la graduación pero nada del otro mundo.
A esa última cita, la del oftalmólogo, las llevó Ágara. Coincidió en una de sus tardes y ella se ocupó. Por mi parte preferí no acompañarlas y me dediqué a las compras para las celebraciones del cumple.
El viernes, trabajé de tarde, aprovechando también que las niñas estarían celebrando el cumple con su madre y la familia de ese lado. Los viernes finalizamos la jornada una hora antes de lo habitual y quedé con Akela para pasar por su casa y darle un par de besos. Lo reconozco, fueron más de dos y no quisimos pasar de ahí para no quedarnos a medias.
Teníamos planes para comer juntos el próximo miércoles pero la realidad es que ayer, una vez se fueron las niñas y la casa quedó “en condiciones”, me marché a su casa y pasamos la noche juntos, acompañados por sus dos perras. Hoy nos hemos levantado para acudir cada uno a su trabajo y continuaremos el miércoles.
Continúo sin expectativas al respecto, me dejo llevar. Creo que no será la mujer, que no me enamoraré de ella, pero la verdad es que estoy a gusto y borro todos esos pensamientos. Que sea lo que tenga que ser y solo soy responsable de mis sentimientos. Esto último me lo he repetido varias veces, puede que a modo de mantra.
En definitiva, estoy bien. Me encuentro muy bien en todos los sentidos. Tranquilidad y paz mental, sin duda dos tesoros muy valiosos.
Aproximadamente en una hora avisaré a Ágara para hablar con las niñas. Me apetece un montón saber de ellas hoy. Espero que su día fuese genial, a ver que me cuentan.
Hay algo que pensaba dejar fuera de este diario, no es mi vida pero me preocupa respecto a las niñas y por otro lado “me reafirma”. Se trata de algo de Ágara. Lo repito, no es mi vida, no es mi problema, incluso puede que esté haciendo una lectura incorrecta pero es que me suena tanto….
Las últimas veces que ha traído o ha venido a buscar a las niñas no lo ha hecho sola. Con el cambio de hora esas entregas y recogidas se producen ahora de noche y, la primera vez que me percaté, además llovía. La escena me resultó tan familiar que no pude más que sonreírme y reconozco que fue por “maldad”. Es necesario que explique un poco más: durante sus prolongados periodos de ansiedad uno de los síntomas de Ágara era temor a salir fuera, conducir (no digamos ya con lluvia),…
Al ver «el cuadro» lo primero que pensé fue “No te queda nada mi niño. Ahí ya he estado yo. Bienvenido a la que fue mi vida…” Evidentemente eso iba dedicado a la pareja de Ágara. Por otro lado me llegaba la afirmación de lo que ya sabía; Ella llegó a decirme que la fuente de sus problemas era la infelicidad de estar conmigo. En pocas palabras para ella el culpable de sus males era yo. Parece que ese pensamiento comenzaba a cojear, al menos según mi razonamiento.
Borro estos dos pensamientos de mi mente. Como he dicho no es mi vida pero verlo repetido ya varias veces me ha preocupado por las niñas. Se trata de una gran limitación. Pienso que son ellas las que ahora tienen que lidiar con ello pero, por otro lado, son niñas, ¿Qué pueden hacer?
En fin, no lo sé, ya veremos como avanza el asunto y a donde llega. Deseo que sólo sea una percepción errónea mía pero también, por otro lado, me genera un poco de regocijo. Esto evidencia que me quedan cosas por sanar. En fin, esperar evolución y ver si las niñas comentan algo.
Por aquí lo dejo. Hablamos ahora mis viditas. Las quiero amores míos.