13:02. Extraño día de domingo. Al levantarme recibí un mensaje de la chica del plantón, me decía que se había quedado dormida. ¡Menudo interés tenías!, pensé. Sólo le respondí que la experiencia del plantón no había sido agradable.
La mañana transcurrió tranquila, preparándome para mi cita con el tatuador. Fueron unas 4 horas de trabajo en total, 3 de ellas de aguja. No es mi primer tatuaje, con este ya son 2,5. Ese 0,5 es de uno que tapará este, realmente ya quedó tapado ayer. No tiene nada que ver con mi ex o similar.
Mientras estaba en el estudio recibí un mensaje de esta chica, se disculpaba con varias caritas llorando y volvía a decirme que había caído kao. La verdad es que no sabía si creerla, sé que vio uno de mis estados bastante tarde y también la vi online en el instagram. No, no la controlé, fue casualidad. Incluso intenté no volver a mirarlo, aunque sin mucho éxito, de todas formas ya no estaba.
No le respondí hasta que salí de esa primera sesión del tattoo, bastante dolorido. Le dije que de alguna forma me tendría que compensar.
Al llegar a casa mis vecinos estaban con una pequeña reunión y allí estaba Anabel. Hablé muy poco con ella, le mostré el trabajo realizado por el tatuador así como el boceto para que tuviese una idea de como quedaría. Me retiré a mi casa para comer y descansar un poco. Una vez almorzado, casi a las 17:00, me dediqué a leer en el sofá. Ya he terminado El Principito, lo comencé la noche anterior mientras esperaba a esta chica. Muchas gracias por el libro Alegría.
Hablé un poco con Arantza y con Alegría. Les expliqué lo ocurrido con esta chica. Sé que a la primera, en cierta forma, “le divierten” mis historias y realmente fue divertido contárselo. Que te planten en tu casa es muy cómodo…
En ese momento, mi vecina de al lado, la de la celebración de abajo, se puso en contacto conmigo:
—Qué, no vienes? Anabel está guapísima. Pensaba que vendrías. Me muero de la rabia.
Reconozco que en cierta forma me molestó. ¿Anabel no tiene boca?¿Necesita un tercero?. También puede que no supiese nada de ese contacto.
—Anabel y yo tenemos que hablar…—fue mi respuesta.
—Si te apetecer verla baja. Déjate llevar, creo que debes hacerlo. He hablado con ella, hazme caso, déjate llevar.
Ya no era capaz de entender nada. Ese es el problema, no sé nada de Anabel. Sabe más mi vecina que yo. Me excusé con la molestia del tatuaje y le dije que me había dedicado a descansar desde que había llegado a casa. Era cierto pero también lo es que existía otro factor…
—Eso son excusas. Ella te quiere.—me respondió mi vecina.
Yo no quería darle detalles, no sé lo que le ha podido contar Anabel pero yo no comento nada de eso salvo con “mis elegidos”.
—No soy yo el que se tiene que dejar llevar [Nombre de mi vecina].
—Hazme caso baja.
—Hoy no es el día lo siento… Gracias.
Aquí terminó la conversación.
Como he dicho existía otro factor. Unos minutos antes la chica del plantón me había dicho que me avisaría cuando llegase a su casa. Mi respuesta fue simple:
—[Su nombre], no me molestó el plantón (bueno un poco sí), pero chica, la incertidumbre es lo que me mata.. Me gustan las sorpresas pero también tener las cosas medianamente cerradas. (Una hora aproximada, un lugar,… todo puede variar pero mola tener algo desde lo que partir…).
No fue determinante para no bajar con Anabel pero la puerta sexual/relación ya la cerré. Leer ese “Ella te quiere” de mi vecina…. Primero: ¿Dónde está ella? Y segundo: no voy a jugar con Anabel cuando estoy esperando a otra chica. No, de momento no hago eso.
Se lo comenté a Alegría y coincidía, como no, conmigo. Me dijo que si ya lo había cerrado pues ya estaba, no podía ser un ahora sí y luego un no. Yo lo tengo claro, esa incertidumbre que me había dado Anabel no la quiero en mi vida, me hace daño. No quiero cambiarla y no me atrevo a pedirle lo que yo necesito, que es presencia, si no le nace no es ahí.
Sobre las 23:00 llegó esta chica a casa y se marchó sobre las 03:40. Sólo hablamos, creo que ella esperaba algo más pero no me nació. Me interesaba la conversación y por otro lado digamos que continuaba con el plantón en mente. También sentía curiosidad de “hasta donde era capaz de llegar” por si misma. La verdad es que han resultaron unas horas muy agradables.
Hemos hablado un poco esta mañana y, ahora sí, ya hemos concretado “más contacto” la próxima vez. Creo que va a comenzar como una folla-amiga y ya veremos.
A Anabel no la puedo ver de esta forma. Tengo que hablar con ella, la quiero como amiga, incluso también con sexo, pero ella tiene que saber que no es la situación de antes. Creo que le puedo hacer daño y ella no se merece eso.
En definitiva, como he titulado la entrada, monto un circo y me crecen los enanos.
Ya veremos como evolucionad todo esto. Por el momento entre el plantón y la espera he aprovechado para terminar los libros “Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo” y «El Principito”. Ahora he comenzado “El error de Descartes”.
También se ha cerrado el cambio de cole de las niñas. Me han hecho gracia las palabras de Ágara, utilizando y recalcando las mías.
— […] como bien dices tú los número no mienten y los míos dicen no.
O se trata de un argumento con mis palabras, por si no la entiendo, o bien está muy en contacto con lo terrenal. Sea cual sea es su vida y no la mía.
Nos vemos en un rato mis amores. Las quiero con locura.
