08:52. Me levanto a las 07:30 para intentar una práctica de yoga antes de que lo hagan las niñas.
07:45. ¡¿¡¿Alba me llama desde la cama?!?!
— Paaaaapppiiiiiiii!!
—Quèèèèèèèèhehehehehe???
—Suuuuubbbbeeeeeee.
—Vooooooyyyyyyyy
(Todo esto con el cantarín soniquete Canario)
Encuentro en mi cama a Aroha, dormida, y a Alba, que ocupa mi sitio, totalmente destapada. Dudo si duerme o está despierta. Un parpadeo de sus ojos me confirma lo segundo.
—¿Qué quieres mi vida?—le pregunto mientras me acuesto a su lado.
—Táááppaaaame.—responde a la vez que se acurruca contra mi pecho.
Sonrío y la cubro mientras ella se pega a mi abrazándome.
Se suspende la práctica de yoga. Pilas cargadas para toda la semana. Enamorado de sus gestos, enamorado de ellas.
Así me despierto hoy. No ha tardado mucho en volver a dormirse y yo he tenido la necesidad de bajar a plasmarlo aquí.
Hoy ya me despido de ellas. No las volveré a ver hasta el día 3, mi cumpleaños. Como todo, en esta situación, será diferente. Lo celebraremos nosotros 3 con mi familia al otro lado del teléfono. Desde luego no tendrá nada que ver con el del año pasado en el que me obligaba a sonreír a las niñas mientras me trababa las lágrimas por dentro.
Ya no soy el mismo, lo puedo decir bien algo, puedo gritarlo. Vivo enamorado de las pequeñas cosas sin necesidad de mucho más. Creo que comienzo a vivir sin expectativas, al menos tengo esa sensación.
Afronto tranquilo este periodo sin las niñas. Me enfrascaré en los días de trabajo, deporte, la casa y poco de redes sociales. Ya veremos que más va llegando.
¡¡¡Buenos días mundo!!!