17 de Febrero de 2020

23:46. Hoy me he despedido de mis hijas en el cole. No volveré a estar con ellas hasta el próximo jueves, ha sido una semana genial. También novedades en mi vida, parece que mis nuevas funciones en el trabajo se van aclarando.

Me encuentro realizando el que debería de ser mi último turno de 24 horas. Finalizo un ciclo de nueve años y medio. Me gustaría poder continuar aquí, esta forma de trabajo me ha permitido vivir la infancia de mis hijas de una forma mucho más próxima a la habitual. No lo dejo por voluntad propia, no ha sido mi decisión, pero las circunstancias obligan.

No estoy triste, al contrario, agradezco estos años aquí y lo que me han permitido. Incluso en mis momentos oscuros ha sido una ventaja trabajar de esta forma. Después de tanto tiempo supondrá modificar mi forma de vida y también afectará a las niñas pero así es la vida.

Como he indicado mis futuras funciones se van aclarando, sé que no estaré mal y que lograré organizarme con las niñas sin mucas dificultades. En fin, la vida es cambio y eso es crecimiento, evolución.

Comienzo una nueva etapa, la estrenaré con un viaje con las niñas. Ya les he dicho que la próxima semana nos vamos a Granada. Espero que puedan jugar con la nieve en Sierra Nevada. Para muchos no es una novedad pero para ellas sí lo será. En nuestra lugar de residencia la nieve se presenta muy pocos años y durante poco tiempo. Va a resultar toda una experiencia.

La semana pasada transcurrió relativamente tranquila. Recogidos en casa debido a la otitis de Alba y el enorme resfriado de Aroha. Ha sido el viernes cuando hemos comenzado a hacer «vida normal». Las niñas han pasado todas las noches en mi cama. Habitualmente, incluso cuando ellas duermen conmigo, aprovecho las primeras horas de su sueño para hacer cosas. Esta semana he dormido lo mismo que ellas y me ha sentado genial.

Con Ágara he mantenido un pequeño diálogo de besugos al comienzo del turno. Ha sido respecto a la administración del tratamiento de Alba. Ella no me dio ninguna indicación de como se lo había estado dando por lo que con las pocas indicaciones que me dio la niña, a ese respecto, más lo indicado en el informe médico yo lo continué. Se ha administrado de forma correcta pero al no hacerlo como ella lo había iniciado ha comenzado a darle vueltas al asunto una y otra vez. En esa rueda estaba hasta que la he detenido indicándole que en ningún momento ninguno lo había administrado mal y si no tenía nada más que decirme lo dejábamos ahí. Me ha resultado «simpático» que me dijese que le preguntase en el futuro. Considero que esa información me la tendría que haber dado sin necesidad de preguntar nada, así lo he hecho yo las tardes que las niñas han pasado con ella. Poco más con ella.

El día 13 tuve cita con una de las terapeutas que me recomendó la anterior. Después de un pequeño diálogo le he contado mi historia: de donde vengo y a donde me gustaría llegar. La verdad es que ha sido muy agradable.

Finalizada la cesión ha reconocido el largo camino emocional que había realizado. Hicimos un pequeño de ejercicio de observación interior. Quería conocer cuales eran los sentimientos que me generaba revivir todo este proceso.

—Me siento tranquilo y en cierta forma contento por retomar mi camino, por no quedarme acomodado en esa zona de falso confort que me había creado.

El día 3 tengo cita con otra terapeuta y se lo he comentado. Me indicó que le parecía perfecto que estuviese en la búsqueda  del terapeuta con el que más cómodo me pudiese resultar continuar y de esa forma avanzar. Hemos quedado en contactar después de esa cita,  si finalmente me decido a continuar mi camino con ella y así concretar una nueva hora. Al finalizar me recomendó continuar con ese ejercicio de observación interna, sin juzgarme pero si como una forma de evaluar mi estado.

He tenido algún momento de bajón durante la semana. Nada ha tenido que ver el día de los enamorados pero sí he pasado algún momento de añoranza respecto a Ágara. También ha sido una semana de cierta incertidumbre respecto a Anabel. No hemos hablado mucho pero si concretamos un café para el día de hoy en una cafetería de mi municipio.

Esta noche no ha sido tan buena como las anteriores. He estado en un «duermevela» saltando de un sueño a otro en los que Ágara y yo hablábamos y hablábamos. Le sacaba lo que para mi son muchas verdades pero sin llegar a ninguna parte. La realidad es que no he podido descansar bien. Cada vez que despertaba deseaba que fuese la última y no volver a verla en mis sueños pero nada más cerrar los ojos ahí estaba de nuevo.

La tutora de Alba, a la que he visto esta mañana, me ha preguntado algo que, en ese momento, me ha descolocado por completo:

—Estoy concertando las tutorías y me corresponde preguntarte ¿la quieres realizar junto a Ágara o por separado?.

Me quedé parado sin saber que decirle.—¡¡Esa es una muy buena pregunta!!—fue lo único que salio por mi boca.

Pasados unos segundos ya no tuve dudas.

Si tengo opción yo prefiero hacerla solo.

Me comentó que todavía no había hablado con Ágara pero que ya no sería necesario. Concretó día conmigo y ya quedará con ella.

Me descolocó, me recordó la última tutoría que mantuvimos con ella, en esa le comunicamos que nos separábamos. Recuerdo perfectamente su reacción y lo afectada que quedó. También recordé la conversación que mantuve con Ágara al salir de la reunión:

¿Qué hago?¿Te espero?—le pregunté

Sí, no… no lo sé.—fue su respuesta.

Ahora me río pero esta mañana no me hacía maldita la gracia.

Antes del mediodía he visto a Anabel. Hemos podido aclarar lo ocurrido la semana pasada. La realidad es que no le dije nada que no supiese pero verlo por escrito, tan crudo, no le gustó. Me ha agradecido que le mostrara de una forma tan clara lo que sentía. Yo le he dicho todo lo que me había desconcertado y los motivos por los que me había costado entender su respuesta.

Una vez aclarado, todo ha continuado como siempre. Ha venido a comer a casa y hemos compartido un rato de ternura y complicidad. Hemos quedado para mañana por la noche en su casa.

Por mi parte, me doy cuenta ahora, de que me faltó aclarar un par de cosas. Aprovecharé a la próximo noche ya que me gustaría conocer todo lo que le indicaba que no sabía de ella, lo que le decía en uno de mis últimos mensajes de la semana pasada.

Poco más, semana tranquila. Veremos como transcurre esta sin las niñas. Me retiro a la cama. Buenas noches mis amores, las quiero con locura. Ya nos falta menos para volver a vernos.

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