06 de Febrero de 2020
18:06. Tengo un ratito antes de salir de casa y muchas ganas de escribir. Aparecen varias novedades en mi vida:
- Por razones médicas de mi terapeuta no podré continuar trabajando con ella.
- Muy probablemente el próximo mes deje de trabajar a turnos, con lo que esto me supondrá respecto a mi organización con las niñas.
- A final de este mes se confirma mi escapada a Granada con las niñas.
Mañana tendré a mis hijas durante la tarde, antes de incorporarme al que será uno de mis últimos turnos de 24 horas. La verdad es que las estoy echando mucho de menos. Acabo de recibir un vídeo que me ha enviado Ágara y me ha faltado poco para se me escaparan las lágrimas.
Llevo una muy buena semana. El tema laboral no me ha afectado, lo acepto como cambio y tal vez una serie de nuevas posibilidades. También es cierto que las dos noches que he pasado en casa he contado con la compañía de Anabel. Ha sido diferente a otras ocasiones, como mínimo lo definiría con la palabra “interesante”. Continuamos avanzando aunque matizaré esto más adelante dentro de este escrito.
Volviendo a las novedades. Tenía cita con mi terapeuta el pasado 15 de enero pero el día antes me avisó sobre la imposibilidad de realizarla. Semanas después me indicó que todavía no se había repuesto aunque iba mejorando. En ese momento me ofreció derivarme con algún colega de confianza, inicialmente decliné esa oferta.
Después del “empujón” que me dio mi hermana, en la entrada anterior, me he dado cuenta de muchas cosas….
00:35. Día 07/02/2020. (Continúo donde lo dejé).
Me había puesto “en pausa”. No digo que hubiese perdido el foco o el objetivo pero sí estaba «mirando para otro lado«.
Volví a contactar con mi terapeuta y le conté esto último, le dije que quería seguir avanzando. No podía y no quería quedarme en el asco que siento por Ágara, eso no sería vida para mi. Tengo que buscar la forma de perdonarme para poder continuar sin la necesidad de volver la vista atrás.
—No es que hubieses dejado de avanzar. Simplemente, después de lo ya recorrido, necesitabas un periodo de descanso. Un momento en el que poder respirar y sentir la vida… para tomar fuerzas. Por si solo se presenta el impulso y la necesidad del siguiente paso, ahí estás ahora. Donde te dejé estabas en ese descanso y ya te hace falta el siguiente paso… bravo!!.— fue su respuesta.
Me envió el contacto de varias especialistas con las que ya he contactado y estoy en espera de poder ser incluido en sus agendas. Curiosamente Alicia me habló de una amiga, la que le recomendó los vídeos de Marta Salvat, y lo contenta que estaba con su terapeuta. También he contactado con esta última y ya tengo cita para comienzos del próximo mes.
Respecto a mi cambio en el trabajo sabía que llegaría en algún momento, aunque no lo esperaba tan pronto. Ya son casi 10 años los que llevo trabajando a turnos de 24 horas, parecía menos tiempo. La única razón para comenzar a trabajar de esa forma fue poder disfrutar de la infancia de Aroha, inicié esa actividad 2 meses antes de que ella naciera.
Sólo puedo dar las gracias por la gran oportunidad que me ha dado de poder estar junto a su lado este tiempo y de poder acompañar los primeros 5 años de mi hija Alba. No me voy a ninguna parte pero ahora, como mínimo, ya no podré recogerlas a la salida del cole.
Mis compañeros se han visto más afectados que yo. No ha sido un cambio buscado por mi pero diversas circunstancias, no objeto de este diario, me obligan a cambiar. Como he dicho era una posibilidad que existía hace ya tiempo pero no la esperaba en este momento, aún sabiendo que llegaría algún día.
Lo he aceptado como un paso más, sin luchar contra él. Incluso lo veo como una ventana de nuevas oportunidades que se me abre. El cambio es evolución, pues a continuar avanzando , en este caso practicando el desapego.
Por último la visita que vamos a hacer a Granada, ya la tengo completamente cerrada. Sólo falta esperar el día y al aeropuerto. Estoy muy ilusionado por la experiencia que supondrá para las niñas y también para mi. Reconozco que, en cierta forma, también me inquieta este viaje sólo con las niñas. Bueno siempre hay una primera vez para todo. Ellas no lo saben todavía, prefiero que sea una gran sorpresa. Sí le he dado los datos del viaje a Ágara, así lo acordamos y no lo entiendo de otra forma.
Después de mi última entrada pude disfrutar de 4 días más con las niñas. Además de asistir al cole hemos podido compartir sus clases de escalada y salir de senderismo a un lugar cercano. Se trata del curso natural de un riachuelo completamente rodeado de naturaleza. En esa ocasión lo hemos realizado solos ya que los vecinos están acatarrados. También disfrutamos de nuestro día en familia con una comida en casa de mis padres. Mañana les corresponde tarde conmigo y aprovecharemos para volver a comer todos en casa de los abuelos, ademá de asistir a sus clases de escalada. Seguro que lo están deseando.
Inicié esta entrada el jueves y ya estamos en la madrugada del viernes. La realidad es que he echado mucho de menos a mis hijas. Puede que mi cambio laboral y la forma en que les afectara, no deseaba más cambios para ellas, hiciera que pensase aún más en ellas. Las he echado y las echo de menos. En algún momento he mirado atrás y también he sentido cierta añoranza por Ágara. Tal vez añoranza no sea la palabra que mejor lo define pero sí se le acerca. Puede que el asco esté disminuyendo o hace tanto que no la veo que se me esté olvidando.
Esta será la cuarta noche sin las niñas. He pasado 1 en el trabajo, 2 con Anabel y esta que pasaré solo. Lo puedo decir a boca llena, SOLO. Comienzo a disfrutar mi soledad o, mejor dicho, ha dejado de ser una losa. Sí, echo de menos a las niñas pero no estoy mal solo.
Las noches con Anabel han sido diferentes. La primera hemos compartido una película.
Ya la había visto pero imaginaba que ella también la disfrutaría, ambos lo hemos hecho. Como en situaciones anteriores ha sido diferente, persona nueva experiencias nuevas. Ha sido agradable ver la película entre caricias, abrazos, complicidad y ternura. De eso nos sobra por el momento.
Anoche también estuvimos juntos y dormimos poco. Conectamos en todos los aspectos. Continuamos avanzando pero como indiqué al principio de la entrada tengo que matizarlo.
Somos dos adultos que han conectado, que se respetan, se entienden y se gustan. Me gusta mucho, me lo paso muy bien con ella pero no sé si podría llegar a mas de lo que tenemos ahora mismo. Ninguno busca una relación aunque sea yo quien lo define de esa forma. Creo que para ambos, si el otro desapareciera mañana estaríamos igual de bien. Esto es genial, ninguno o al menos yo, necesita o quiere ir más allá en este momento. Nos tenemos cariño pero no estoy seguro de si podría existir amor.
Para mi fue una sorpresa que el lunes se subiese a casa y a su vez verla también ayer, la esperaba más bien esta noche. Ella quería haber compartido parte de la mañana de ayer pero yo tenía una clase de escalada a la que me apetecía mucho asistir. Esta noche nos hemos quedado con las ganas de repetir pero en cierta forma “nuestras rutinas” nos han dicho que igual 3 noches fuese demasiado. En mi caso me habría gustado verla pero también quería continuar escribiendo aquí.
Mantuvimos una interesante conversación que creo puede ilustrar esto último. Hablábamos de la posibilidad de haber pasado también esta noche juntos:
—Me gusta estar juntos pero es verdad que ha sido más por mi parte el no estarlo…
—Tranquila Anabel. Sé donde estamos. Somos personas diferentes con vidas diferentes. A mi me gusta como va, no necesito ni quiero más ahora mismo. Pero sí, me gusta estar contigo y si puedo aprovechar un ratito pues lo hago. Si no se puede también estoy perfectamente bien 😘 😘.—le respondí.
—Vidas diferentes. ¿Por qué lo dices?.
—Porque tú tienes tus rutinas y yo las mías (no son las mimas), pero ambos respetamos la libertad del otro y estas rutinas…
—¿Somos muy distintos los dos? Creo que tenemos mucha complicidad…. lo que tú te estás adaptando a otras situaciones y yo a las mías….
—No me refiero a ser distintos, lo hago a que tú tienes tus rutinas adquiridas en estos 2 años y yo las pocas que he ido desarrollando en estos meses. Por supuesto que tenemos complicidad, mucha complicidad y ternura. La desarrollamos cuando estas rutinas, que ambos respetamos, nos lo permiten. Como te he dicho creo que va bien así. Me gusta, tenemos realidades muy similares. Tal vez por eso nos entendemos y respetamos tanto 😘 😘 …
—Yo sé que en todo este tiempo me ha costado entender muchas cosas, retomar el día a día, me ha costado mucho enfrentarme a ciertas situaciones,.. asimilar lo que te ha sucedido. Todo esto le ha pasado factura a mi forma de ser… […]
—¿Lo qué me ha ocurrido a mi?? ¿Te refieres a “meter tus pies en este charco tan reciente del que no se puede ver el fondo”?
—Me refiero en general, yo me conozco. Tomar decisiones no es fácil y cuesta mucho. Tal vez por miedo o por no saber si realmente es lo que quieres…
—Anabel yo me estoy dejando llevar e intento no pensar. Acepto lo que llega y lo que se va (me refiero a la vida en general). Antes no era así y reconozco que sufría. He aprendido a ver las cosas de esta forma y tengo paz. No necesito que tomes ninguna decisión. Si te apetece déjate llevar y haz lo que quieras en cada momento, sin esperar nada del otro. Todo lo que llegué , como verte ayer, será una sorpresa. 😃 😃 😍
Lo dejo por aquí que ya me puede el sueño. Buenas noches mi viditas, tengo muchas ganas de verlas mañana mis amores. Las quiero con locura.