12:38. No sé por donde comenzar. Lo mejor será empezar por mi y dejar que fluya…
Triste, estoy triste, en algún momento puntual con las lágrimas en los ojos. Tengo muchos motivos para estar alegre pero no es el sentimiento dominante en mi vida ahora mismo. Si pienso en felicidad no la veo ni asomarse en el horizonte.
Estoy perdido, incluso con las niñas. También se le puede sumar el cansancio físico pero tengo claro que no es la razón principal. ¿Derrotado? Puede que sí, en muchos aspectos. Creo que continúo rindiéndome a todo lo que me rodea.
Me resulta curioso, hace un par de días le dije a Arantza, ella atravesaba un estado emocional parecido, que muchas veces estos momentos eran precursores de más cambios, una ayuda para subir un nuevo escalón. Hoy no lo veo así, no le puedo encontrar esa parte positiva.
¿Decepcionado con Ágara? Sí, aunque me encuentro con sentimientos encontrados respecto a las niñas. Las tengo conmigo desde el miércoles, aunque hoy pasarán la tarde con su madre y las recogeré en una actividad que se realizará en la escuela. Ellas me han dicho que se mudarán en breve con su madre y su pareja; «Con un poco de dinero de mamá y un poco del dinero de [Nombre de su pareja]». Me alegro de que las niñas salgan del sótano, se me habían quejado de frio. No me gusta que compartan más tiempo con él pero eso es decisión de su madre. Me decepciona ver «la fuerza» que demuestra ahora Ágara y que conmigo era inexistente.
Como leí no hace mucho:
«No encontrará a alguien mejor que tú, encontrará a alguien mejor para ella.«
Alba me ha insistido en ir a conocer su nueva casa. Le he explicado que eso no iba a ser posible:
— Yo ya no vivo con mamá, al igual que ella ya no entra en esta casa.
—Claro ya no tiene llave.— me respondió la niña.
—Sí mi amor, yo tampoco voy a tener llave de la nueva casa. Además en esa casa va a vivir ustedes con mamá, [Nombre de su pareja] y [Nombre hijo de su pareja].
Conozco la casa, pertenece a un tío materno de Ágara y anteriormente fue la vivienda de su abuela. Se encuentra en el mismo edificio.
Me alegro de que le pueda dar más a las niñas, aunque esto no lo pueda hacer sola.
Como he dicho me encuentro perdido con las niñas. No puedo estar todo el tiempo al 100% y reconozco que también me ha faltado iniciativa. Tal vez me exijo demasiado. Mi círculo más cercano me repite que lo estoy haciendo muy bien con ellas pero yo he sentido que no era así.
Esta tarde tengo esa celebración en la escuela y la verdad que quiero y no quiero ir. No me apetece «enfrentarme» a estar con Ágara en ese lugar pero las niñas cuentan conmigo y yo no puedo permitirme auto-excluirme de eso.
Esto me ayuda a explicar algo que no entendía pero que todo esto me ha permitido hacerlo. Se produjo mientras estaba en los peores momentos hace ya unos meses. Fue en un momento puntual y fugaz pero la idea de terminar con mi vida pasó por mi mente. Pude entender que cuando uno está en lo más profundo y oscuro se pierden las ganas de continuar. No quería dejar a mis niñas solas, aunque yo mismo no estuviese para nadie en ese momento. Eso era transitorio y la otra opción era definitiva. Mi amor por ellas fue la única fuerza que me ayudó en ese momento.
No diré que les deba la vida ya que fue sólo un instante pero la realidad es que el momento se produjo. Posteriormente llegué a la descripción que daba Bucay a los devastadores efectos que el suicidio de un padre producía en sus hijos. Me marcó el pensamiento que se les suele presentar, incluso la culpa que pueden llegar a sentir:
«No fue capaz de quedarse ni por mi.«
A mis niñas no, eso no.
Escribir todo esto es muy duro, me devuelve a ese momento, a esas sensaciones, a lo más profundo del pozo….
He tenido que parar un poco para recomponerme.
Tres vidas en una, ya he relatado 2: vida con mis hijas y vida de autoconstrucción. Mi tercera vida es permitir que todo fluya, aceptar lo que se me va presentando.
Anabel y yo continuamos caminando juntos. Me doy cuenta de que se ha convertido en lo que buscaba con aquella amiga de mi hermana. La realidad es que para mi es algo más que una amiga. Sin expectativas de ningún tipo, con mil dudas y miedos, consciente de que en el próximo paso cualquiera puede optar por finalizar… Por todo esto lo único que hago es permitir que fluya y acepto lo que se va presentando, a veces solicitado por mi y otras de regalo. Con esto último no me refiero a nada físico.
Pues así estoy. Me gustaría mucho conocer lo que opinan aquell@s que se detienen en este diario. Este camino ha sido y será transitado una y otra vez por infinidad de personas. ¿Qué piensan sobre todo esto? Sería interesante ver que dicen los que ya lo han transitado y los que, como yo, lo hacen en este momento.
Hoy tengo la lágrima fácil. Mi padre no está pasando por un buen momento de salud. Esto le está permitiendo avanzar mucho emocionalmente y darse cuenta de cosas que antes no era capaz de ver o comprender. Me acaba de escribir sobre algo que ocurrió ayer. Él entiende que cada uno de nosotros lleva su «cargamento» por dentro y que, a veces, pesa mucho más de la cuenta. Tranquilo papá, poco a poco para todos. Sabes que te queremos pero, en ocasiones, simplemente no podemos.
Volviendo a Anabel, no quiero pensar en ello pero en a veces me planteo que sólo va a ser un pasa tiempo, una folla amiga, alguien que va rellenar un espacio para luego ser descartada. Como he dicho mil y una vez son dudas/miedos. No me gustaría hacerle daño y sé que ella comparte miedos conmigo.
Me encantaría poder detener el mundo, recomponerme y darle permiso para que vuelva a girar. Por suerte o por desgracia este movimiento no controlado es el que permite el cambio, y en él está la reconstrucción. Evidentemente esto me da miedo en ocasiones y puede doler. Aquí recuerdo las palabras de mi terapeuta: «Detrás del control se suele esconder el miedo...» Pues sí, hasta este proceso de evolución me da miedo.