15:33. Continúo con el mensaje de audio:
«Para rematar, todo ese tipo de cosas que dices que hablas con las niñas y ellas me cuentan libremente. Perdona, estás utilizando a las niñas como canal de comunicación. Todo lo que afecte a los turnos de las niñas en mi tiempo que lo sepa por ti, no por ellas. Yo voy a hacer lo mismo, lo que pueda afectar a las niñas en tu tiempo lo vas a saber por mi antes que por ellas, por lo menos lo voy a intentar. Ponte en mi lugar y la situación con la que me encontré el viernes. Por último todo este tipo de conversaciones mejor mantenerlas, al menos en mi caso cuando las niñas no estén, como ahora que están en el cole. No quiero que alguna cosa me pueda afectar en el tiempo que estoy con ellas.»
Audio suyo 10:24 (Resumido).
«Hola [Mi nombre]. No estoy a la defensiva. El «Te debo algo» es porque no entiendo eso de que es la última tarde con las niñas en tu turno. ¿Te debo algo en el sentido de darme el martes? No me pongo a la defensiva, sólo quiero aclarar si realmente te debería una tarde por la del martes. Perdona si ves una actitud defensiva, el Whatssap es una mierda a la hora de entenderse».
Podría decir que, por su tono de voz, estaba un poco afectada ¿En qué sentido? No lo sé. También ha estado acatarrada según las niñas por lo que podría haber sido eso.
Audio mio 10:28 (Resumido):
«Me refiero a que son 5 días con las niñas cada uno. Si el otro pilla la tarde del primer o último día supone alargarle el turno al otro a 6 días, aunque esa noche duerman con él. A eso me refiero con que es mi última tarde. Entiendo lo que me has dicho del fin de semana pero tú sabes como trabajo yo, no distingo fines de semana de días de diario. No sé si te diste cuenta que cuando íbamos ampliando días yo perdía fines de semana con las niñas. A mi me daba y me da igual. Ahora es algo diferente por el cole pero me sigue dando igual. Entiendo que un fin de semana tú puedas tener planes para los dos días o yo los pueda tener, pero eso se habla. Se habla y llegamos a un acuerdo. Es que la otra opción, de no llegar a un acuerdo, es irnos a los 4 folios del acuerdo y aplicarlo a raja tabla. En ese caso no hay dudas pero no es lo mejor para las niñas, ni para nosotros. […] Lo que te quiero decir es que yo intentaré no pedirte ni el primero ni el último día. El primero estoy deseando verlas y el último, al menos a mi, me cuesta un mundo despedirme de ellas. Es mi última tarde pero te la cedo, además las niñas quieren verte y es lo mejor para ellas no para mi. Me refería a eso con «la última tarde». Yo esto de las niñas no lo llevo bien e imagino que tú tampoco pero es lo que hay. Vamos a hacer lo mejor para ellas y lo más cómodo para nosotros. Eso sólo lo podemos conseguir, nos guste o no, hablando. Para mi sería mucho más fácil si no tuviese nada que ver contigo pero no me queda otra.«
A partir de aquí poco más. Ella me reclamaba de nuevo mi colaboración para cambiar el padrón de las niñas y yo le expliqué mis razones para no hacerlo. Básicamente no considero ese espacio adecuado, como ya le comuniqué el 28 de abril. También le indiqué que la sacaba de la póliza de decesos pero mantendría a las niñas. Ella no se ha hecho cargo de su parte económica en ese sentido los dos últimos meses. No me ha preguntado por la nueva cuota, tampoco contaba con ello.
He hablado un poco con Anabel pero eso quedará para esta noche.
Regreso con las niñas que se les está terminando su momento tele.
22:36. Tarde y noche muy tranquilas con las niñas. Hace ya rato que duermen y yo no tardaré mucho en acompañarlas. Hemos salido a volar cometas. Llegamos hasta la piedra de mi llorera buscando viento. Fue ahí donde pudimos elevarla mínimamente. Ha sido un buen rato pero con más brisa habría sido perfecto. A la vuelta hemos comido unos «higos chumbos» y eso nos ha terminado de completar la tarde con sus risas debidas a los dedos, labios y lenguas rojas.
Lo más tierno de la noche ha sido cargar en brazos a mi hija pequeña, que se hacía la dormida en el sofá. A comenzar a portarla le he susurrado:
—Sé que estás despierta pero me encanta llevarte en brazos.
La forma en que se ha apretado a mi ha sido maravillosa. Estos instantes son los que me alegran el día entero.
Le he enviado fotos de las niñas y lo realizado esta tarde a Ágara. Algún comentario y piropo les ha devuelto a las niñas. También ellas le han mandado unos audios. Posteriormente hablaron con ella mientras yo me metía en la cocina, como de costumbre, a preparar la cena.
Con Anabel hablé un poco esta mañana. Le conté un poco lo ocurrido con mi hija mayor la noche anterior. Ella estaba a punto de incorporarse a su trabajo y se despidió con un «Me lo cuentas cuando llegue a casa esta tarde/noche.»
La verdad es que no le he visto mucho sentido el mezclar con ella todo lo hablado con Ágara. En cierta forma pensé «No quiero estar hablando contigo de mi ex, no quiero eso«. Se lo dije mediante un audio, quería saber si es lo que ella quería.
Me respondió que por el momento nos estábamos conociendo pero que podía tener la confianza de contar con ella para hablar de todo, al igual que ella. También me comentó que era feliz con su vida actual, de la que yo ya formaba parte. Que ya se vería si tenía que pasar algo entre nosotros. «Si nos conocemos más y hay interés te lo voy a decir y si no lo hay también. Espero lo mismo por tu parte.» En cierta forma creo que ella «se asustó» un poco. Se lo quise aclarar un poco más:
«Es verdad lo que te dije. Quiero conocerte y que me conozcas pero a los de ahora. Evidentemente ambos tenemos un pasado que nos acompaña y del que no renegamos. En tu caso pasado es pasado, en el mio pasado comienza a ser pasado. Como yo lo entendí esa era una forma de relacionarte con mi pasado y te quiero en mi presente.«
Después de esto la invité a cenar y charlar en casa el próximo viernes, si todo se da como debe en horarios y su situación personal. Sin segundas intenciones como le he dicho. Ha aceptado por lo que sólo nos falta determinar el menú y que todo se de bien para que sea posible.
Hasta aquí el día de hoy, un poco montaña rusa en algunos momentos. Tengo que reconocer y aceptar que rato después de hablar con Ágara he estado apunto de ponerme a llorar. He tenido el nudo en la garganta durante un rato. Ese también soy yo y así lo tengo que asumir.
Esa situación me hace plantearme si, en cierta forma, no estoy «jugando» con Anabel. Yo estoy seguro de lo que no quiero de nuevo y lo que tenía con Ágara está en esa lista. Incluso anoche al hablar con mi hija le pregunté:
—¿Cómo te gustaría a ti que fuesen las cosas?
—A mi me gustaría estar todos aquí viviendo como antes.—respondió mi niñita.
—Cariño, nadie sabe lo que va a ocurrir pero a día de hoy es muy complicado que mamá y papá vuelvan a vivir juntos.
Sé que las niñas siempre nos querrán ver juntos pero la realidad no es esa.
Ahora mismo estoy cansado, tranquilo, pero no estoy seguro de si en paz. Es como una especie de resaca post sesión de terapia. Ha sido un revolcón lo de hoy. Mucho tiempo sin hablar con Ágara, ¡incluso compartiendo audios!. Bueno, poco a poco.
Buenas noches mis amores. Ahora subo a arroparlas de nuevo. Las quiero mis viditas.