24 de Septiembre de 2019 – ¿Pena, Lástima, Miedo,…? Desprecio

00:34. Me encuentro en el trabajo terminando un turno de 24 horas que sería mejor olvidar para no darle opción a repetirse. La verdad es que,  a pesar del cansancio, me ha venido bien que se desarrollara de esta forma manteniendo mi mente ocupada.

El día 22 resultó contener una gran cantidad de contrastes, unos buenos y otros no tanto. Asistí con las niñas al inicio de una feria antes de que a recogiese su madre. Hasta ese momento la mañana transcurrió de una forma maravillosa.

Al llegar a casa su madre ya nos esperaba, llevaba unos minutos junto a la vivienda. Detuve el coche junto a la casa y dejé que las niñas fueran a saludarla. Yo entré en casa para ir sacando las cosas de las niñas.

Al entregarle las cosas ella se me acercó y me entregó un sobre. Sorprendido comprobé que estaba dirigido a mi, quedé perplejo al ver que ella era la remitente.

—¿Es esto necesario?—le pregunté.

—Sí, como el otro día no querías hablar.

Llévatelo, continuo sin querer hablar ni saber nada.—le respondí mientras intentaba devolverle el sobre. Las niñas me miraban extrañadas.

—No. Es necesario.—me contestó mientras se daba la vuelta.

Quedé sin poder responder, pensando en romper el sobre en ese mismo momento  y tirarlo al suelo. Los ojos de mis hijas, clavados en mi, no me lo permitieron. No delante de ellas.

Me enfadé mucho. ¿Por qué de esa forma? ¿Por qué en ese momento? ¿Por qué delante de las niñas? Cobarde, no encuentro otra respuesta.

Metí el sobre en casa y lo tiré con mucha violencia al interior de la estantería que tengo a la entrada del salón.

Volví a salir para decirle adiós a las niñas pero puede que ya no fuese yo. Dos veces di marcha atrás pero la tercera ya no me pude contener.

—Ya que tienes tantas ganas de hablar y de que yo lea dale un ojo a la entrada de ayer en el blog.—le dije

—¿Qué blog?—respondió desde el interior de su coche.

Diariodeuntrogloditaemocional.com, la entrada del viernes.

—Pero eso es algo público y esto es algo entre tú y yo.—creo que fue lo que me respondió.

—Tú dale un ojo.—fue lo último que le dije.

Me despedí de las niñas mientras su vehículo iniciaba la marcha. Lo siguiente que hice fue meterme en mi coche, que continuaba en medio de la calle. Ninguna buena palabra salió de mi boca mientras lo estacionaba, cerraba la puerta del garaje, subía a casa y hasta pasado un buen rato después.

No entiendo como demonios se atrevió a intentar contactar de esa forma después de tanto tiempo. No lo entiendo pero, como de costumbre, su misma estrategia. Las niñas delante para bloquear mis reacciones o bien que las niñas puedan verme en una actitud nada normal en mi.

A los pocos minutos le envié la dirección del blog por Whatssap:

—Por si se te olvida.—le incluí.

Comencé a realizar las tareas de la casa mientras seguía despotricando de ella.

—No sé si leeré lo que me has dado. La próxima vez te lo ahorras delante de las niñas.—le envié como 1 hora después.

Poco a poco fui encontrando la tranquilidad. De vez en cuando comprobaba las estadísticas del blog, esperaba ver si su modelo de móvil se había conectado al mismo. A día de hoy no se ha producido.

De sorpresa recibí un mensaje de mi vecina invitándome a pasar un rato. También me decía que su amiga los estaba acompañando. La verdad es que no me consideraba muy buena compañía en ese momento. Le respondí que estaba terminando con mi parte «maruja» y que me acercaría a pasar un rato cuando finalizara. Aproveché para terminar de bajar mis malos humos.

La tarde fue muy agradable, me divertí y pudimos reír bastante. Su amiga me pareció muy atractiva. También está separada, con una historia similar a la mía, aunque ella lleva mucho más tiempo con este proceso y su forma inicial de afrontarlo fue muy diferente a como lo hice yo. Tiene un hijo de la misma edad que mi hija mayor. Pudimos hablar un buen rato y la verdad es que compartimos mucho más que todo este proceso. Lo reconozco, me ha resultado muy atractiva.

A media tarde se  nos unió otra vecina de nuestro complejo, no nos llevamos mal es esta comunidad. Con esta vecina y su pareja coincidí en la playa el día anterior, yo estaba con las niñas. La verdad es que esa tarde con las niñas fue genial para los tres.

A esta vecina y su pareja les comuniqué yo la situación que estábamos atravesando al poco tiempo de iniciarla, todavía eramos nosotros los que rotábamos de casa y no las niñas. Hablábamos de los niños en ese momento y lo primero que ella me dijo fue lo que había comentado con su pareja, el día anterior en la playa:

—[Mi nombre] como siempre eres un padrazo. Estuviste toda la tarde pendiente de las niñas. No paraste de jugar ni un momento, menuda paciencia.

No le pude responder. Sus palabras me emocionaron.

También hicieron algún comentario respecto a mi nuevo físico y «lo bien» que me había sentando la separación en ese sentido.

Rato después, mientras discutíamos sobre las diferentes tareas del hogar y de lo que más o menos nos gustaba, hacer dejó caer que la decisión de la separación había sido cosa mía.

No [Su nombre], a mi me dejaron.—le aclaré.

—Pues yo pensaba que habías sido tú. Eras el que entraba, salía y más se relacionaba. Ella estaba siempre en «la cueva».—respondió refiriéndose a la casa como cueva.

—Pues ya ves como son las cosas. Para mi, en cierta forma, también fue una sorpresa, igual que todo lo que vino después.

Le hice un pequeño resumen y no salía de su asombro. Dijo que nunca lo habría imaginado.

A partir de ahí nos dedicamos a hablar de temas menos personales, continuamos hasta algo más de las 10 de la noche. La verdad es que ha sido una velada genial.

Intercambié números de teléfono con la amiga de mi vecina para pasarle información respecto a mi centro de yoga. Esa misma noche le envíe un mensaje diciéndole que me había encantado conocerla. Algún mensaje más hemos intercambiado hoy.

Al llegar a casa volví a coger el sobre que me había entregado mi ex. No sabía muy bien que hacer y me di cuenta que se podía leer un poco a través del mismo. Pude entender que quería solicitar una ayuda o algo similar… Caí en «su juego» y terminé abriéndolo.

«¡Hola [Mi nombre]! Me pongo en contacto contigo por este medio para que a los dos nos sea más cómodo.

Quiero solicitar una ayuda familiar y uno de los requisitos es que el progenitor que la solicita ha de tener a los menores empadronados en la dirección donde vive con ellos. En beneficio de las niñas y como madre de tus hijas te PIDO POR FAVOR, que consideres, en colaborar para cambiar el padrón de las mismas.

Por otra parte a ti no te supondría ninguna desventaja a la hora de realizar la declaración de la renta.

Las niñas no serán más o menos hijas, por estar en otro domicilio apuntadas.

Estés donde estén serán nuestra responsabilidad. Por ello como madre quiero ejercer el derecho de solicitar la ayuda.

Permite que nuestras vidas mejoren económicamente para poder ofrecerles más oportunidades.

No luché por la casa, no quise paga compensatoria, no quiero tu dinero.

Quiero que vivamos en paz, tranquilos para poder ofrecer un ambiente sano a nuestras hijas donde puedan ser felices.

Gracias por la atención.

[Nuestro municipio], 19 de septiembre de 2109.

[Su nombre]

P.D. Adjunto hoja para el trámite.«

Muchas emociones fueron las que me inundaron mientras la leía y después de hacerlo. Entre ellas estaba la pena, darme esta carta no habrá sido fácil. Ahora bien, no fue compasión la emoción más fuerte que sentí.

¿Una ayuda por cargas familiares? ¿Vivir a costa de las niñas? Toda su vida viviendo a costa de alguien y ahora van a ser las niñas.

La conozco, esa carta no la ha redactado sola. Si me la ha dado es porque sin mi firma es complicado o imposible el cambio en el padrón, sobre todo con un acuerdo que ahora está en firme. Por otro lada me gustaría saber quien la ha ayudado en la redacción de esa carta, de verdad que sí.

¿Intentas darme pena con las niñas? La que está pagando eres tú, «un alto precio» ¿no?, «consecuente con tus actos» ¿no?. Las oportunidades las vas a dar con tu trabajo y no por la cara.

[A partir de aquí le escribí directamente a ella, la rabia de ese momento así lo quiso]

¿Dónde las vas a empadronar, en casa de tus padres o en el sòtano? Es que si es arriba igual tienes que poner los ingresos de tu padre y eso podría invalidar tus opciones a recibir la ayuda. Por cierto, ¿Vas a declarar tus ingresos en negro? ¿Dónde está aquella persona que odiaba este tipo de fraudes?

¿La casa, paga compensatoria? ¡JA!. «Pareja de hecho» bonita. Inténtalo y verás que sorpresa te llevas. La única forma es que se hubiese producido un enriquecimiento por mi parte a tu costa, me rio por no llorar. De verdad, inténtalo por favor. ¿Esto era una amenaza o un recordatorio de tu buena voluntad?.

¿Ambiente sano para nuestra hijas? ¿Cómo lo has hecho hasta ahora? Permite que te aplauda.

[Fin del momento rabia]

Podría seguir así un rato pero creo que está claro lo que pienso y cuales fueron las emociones mayoritarias que me acompañaron. Debería haberme estado callado y no volcarlo aquí pero…

» ‘Soy consecuente con mis actos, un alto precio…’ Esas fueron tus palabras. No cuentes con mi colaboración para cambiar a las niñas en el padrón municipal. Ellas tienen una casa y creo que te dejo claro cual considero que es.

 

Si piensas que tienes algún derecho sobre la casa o dinero ya sabes donde tienes que recurrir.

 

Si no te puedes ocupar de ellas ya sabes donde estoy. Buena suerte.«

Junto a este mensaje le adjunté una foto de la solicitud que me había remitido rota en mil pedazos.

Hoy he tenido momentos de duda, en los que pensaba que le quitaba algo a mis hijas. No sé que haré al final pero de momento es un no. Me falta información. He consultado con mi abogado y respecto al padrón no tiene mayor importancia al tratarse de una simple inscripción administrativa. A mi me preocupa que yo colabore en empadronarlas en el sótano. Ni mi ex ni yo consideramos en su momento que ese fuese un espacio adecuado para las niñas.

Lo he hablado también con mi hermana y tenemos claro que no es tonta, es su juego manipulativo de siempre. Me ha dicho que haga lo que considere.

Tengo claro que ya estamos en septiembre y se comienza a notar «lo frio» que es el mundo. Han llegado las rutinas para todos.

De momento es un no.

Pude hablar con las niñas un buen rato. También recibí algún audio de la pequeña un poco antes, creo que en respuesta al que les envié a primera hora. Las niñas querían saber que haríamos los próximos días que estarán conmigo y lo que les prepararía de comer. Les he hecho el mismo resumen que ya habíamos hablado días atrás.

La verdad es que me ha sorprendido un poco la insistencia que han tenido respecto a esas cuestiones. Según ellas se lo han pasado bien esta tarde, su madre salió a terapia y ellas estuvieron con sus abuelos. Se me ocurrió que se podían haber aburrido, no lo sé y tampoco me incumbe. En nuestra conversación nos hemos resumido nuestros días y hemos bromeado bastante. Me ha encantado hablar con ellas.

Aquí lo dejo. Buenas noches mis amores. Las quiero con locura y puede que esa sea la única razón que me haga ceder, si es que lo hago. Las adoro.

 

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