12:08. Viernes 13, por suerte no creo en la buena o mala suerte. Creo que cada uno forma su camino, al menos ahora pienso eso.
Llevo dos días en los que mi ex ha estado presente. Ayer incluso volví a escribirme a mi mismo después de ver su coche por segunda vez bajo la casa de sus padres. En cierta forma me avergüenza plasmar ese mensaje aquí pero esta es mi realidad y lo que siento.
«¿Qué fue lo hicimos tan mal mi amor?«
Hoy directamente he evitado pasar por ahí y he buscado un camino alternativo.
Me extraña verme sorprendido por ese pensamiento y sentir la necesidad de enviármelo a mi mismo como opción para no sacarlo «más afuera». Me gustaría no verme afectado y diciendo aquí que ha estado presente pero así ha sido. No sé si porque mañana la tendré que ver después de 8 días, porque no ha podido hablar con las niñas como les habría gustado a las 3 estos días (circunstancias completamente fortuítas),… Realmente desconozco la razón.
Estoy leyendo de nuevo el libro de Garriga, de forma mucho más detenida. Vuelvo a aprender o a recordar, no estoy seguro.
Ayer ley un pasaje donde describe el momento en que se ha superado una ruptura. Sé que no es mi caso, continúo con ira y eso forma parte del duelo pero me ha parecido importante ver lo que creo que me falta para terminar con la ruptura. No tengo ni idea de lo que pasará antes o si se producirá a la vez:
«…podemos mirar atrás con paz y alegría;
…logramos apreciar y agradecer lo que vivimos y aprendimos en nuestra anterior relación;
…le damos internamente las gracias a nuestra ex-pareja por lo que fue posible y lo que nos aportó;
…podemos darle el reconocimiento que merece como una relación importante para nuestra vida;
…reconocemos el amor que hubo y lo guardamos como un regalo;
…somos capaces de dejar libre al otro y desearle lo mejor, y hacernos nosotros libres y también desearnos lo mejor;
…alojamos al otro en el lugar interior de los vínculos significativos en nuestra alma y pasa a formar parte de la narrativa que configura y da sentido a nuestra vida.»
Continuaré después que tengo que ir a por las niñas a la escuela. Hoy celebraremos el cumpleaños de mi hermana.
16:10. Todavía no puedo mirar atrás con paz y alegría. Aprecio y agradezco lo que he aprendido en este tiempo. Aunque sólo sea capaz de ver esta última etapa de aprendizaje sé que tiene que haber más.
Le doy las gracias por mis hijas, el resto lo veo rodeado de mentiras. Puede que no fuese así antes de la llegada de las niñas pero lo veo tan distante que…
Por supuesto ha sido alguien importante en mi vida y así será todavía durante mucho tiempo.
¿Dejar libre al otro?¿Desearle lo mejor? Me gustaría, realmente desearía poder hacerlo.
De momento no la puedo alojar en mi interior. La tengo muy presente fuera de mi como para eso.
Mucho, me falta mucho todavía.
Hoy he recibido dos mensajes de ella a los que no les he encontrado mucho sentido:
—Hola. He coincidido con las niñas en la escuela. Seguro que te comentan.
—
He aprovechado estos mensajes para concretar la entrega de las niñas mañana. Rato después de haber recogido a las niñas de la escuela recibí una foto con un dibujo de mi hija pequeña. Entendí que lo recogió en la escuela.
Le pregunté a la niña a quién representaba cada dibujo. Me respondió que (de izquierda a derecha) Mamá, Hermana mayor, Papá y ella. Se lo comenté a su madre y me respondió que a ella se lo había dicho cambiando a las niñas de lugar.
—Je je. Se sabe repartir bien dependiendo de donde esté.—le dije
— Instinto de supervivencia. Adaptación.—fue su respuesta.
—Que triste.—le dije
—Me quedo con que se rodea de l@s que la quieren.
Recordé la imagen que compartí el 6 de junio y se la envié:
El orden en esta imagen era (de izquierda a derecha) mi hija pequeña, su hermana, su madre y yo. Al enviársela le dije que sólo reafirmaba lo de rodearse de su núcleo. Reconozco que el cambio de orden me llena y también quería que ella lo viese.
—Sí sí, es genial!!!.—Fue su respuesta.
— Hasta la próxima.—Terminé la conversación.
Fin del Tomo 3