14:39. Me habría gustado escribir anoche pero no me encontraba con fuerzas.
Estuvimos jugando un rato después de comer hasta que las niñas me reclamaron ver la película que les había dicho, Toy Story 3. Con esto ya estamos listos para ir al cine a ver la cuarta parte.
Disfrutamos de la película y de unas palomitas caseras. Inicialmente no la iban a ver entera pero al final la terminamos. Vi la mayor parte de la película con ellas pero, nuevamente, una película infantil ha podido conmigo.
El final me emocionó terriblemente. Comencé a llorar junto a las niñas y les dije que me había emocionado que Andy se despidiera de sus juguetes, después de tantos años.
Finalizada la película comenzamos a recoger. Mi hija mayor, que había tenido décimas durante la tarde, se retiró al baño. Cuando me di cuenta la escuché llorando en el baño. Me fui hasta ella y le pregunté que le ocurría, no fue capaz de contestarme. Terminamos abrazados en el baño mientras nos consolábamos el uno al otro.
—Vamos a estar bien cariño. Tu hermana, tú y yo estaremos bien.—le decía.
Un poco más calmados continuamos recogiendo. Tanto nos metimos que buscando las piezas de un juego desmontamos los cojines del sofá. Pues ahí que comenzamos a sacar «tesoritos». Aparecieron algunas agujas de ganchillo de su madre. Mi hija mayor comenzó a colocarlas dentro de la maleta que utilizamos para llevar y traer los peluches y la documentación de las niñas. En ese momento comenzó a quejarse de la barriga y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas.
Una vez recompuesto el sofá subimos para los baños. Mi hija continuaba quejándose de su barriga y mientras preparaba la ropa para su hermana comenzó a vomitar. Me sorprendió mucho la cantidad, ya que apenas había comido en el almuerzo y las palomitas fueron muy comedidas.
La acompañé como hacía con su madre, sujetándole el pelo y su frente. Retirando sus gafas mientras vomitaba y refrescándola cuando terminó. El llanto anterior y el vómito le sirvieron de descarga. Se le alivió la barriga y pudo disfrutar de un agradable baño con «charquita».
Rato después le pregunté por la razón de su llanto. Lo único que me supo decir fue que también se había emocionado con el final de la película. No lo dudo, le ocurrió como a mi. A partir de ese punto creo que ambos aprovechamos para sacar el resto.
Pudo cenar bien y hablaron con su madre. Le costó dormirse pero logró dormir de corrido y sin fiebre durante toda la noche.
Hoy hemos ido a por sus gafas nuevas y hemos comido con mis padres. Estamos en su casa ahora. Ellas disfrutando de su bisabuela o al reves, no sé cual está más contenta.
Las quiero mis amores.