17:46. Buff, ¿por dónde empezar?.
Me costó mucho dormir la última vez que escribí en el diario. No pasé mala noche pero nos despertamos con el tiempo justo para desayunar, preparar a las niñas y esperar la llegada de su madre.
Mi hija menor se quería llevar uno de los regalos que le había hecho mi hermana. Yo le dije que no podía ser y que se quedaría en casa hasta que ella volviese en unos días. Al llegar su madre ella hizo un nuevo intento y ante mi negativa salió llorando.
Su madre la intentó consolar, entre otras maneras, ofreciéndole el pecho, aunque ya cuando se hubiesen marchado. Les ofreció ir a la playa y le dijo a la pequeña que luego hablarían al respecto. Con esas palabras la rabia me inundó por dentro. «¿Ahora vas a hablar con tus hijas?¿De eso?«. Mientras se marchaba con las niñas la insultaba por dentro, probablemente como no lo he hecho nunca.
Una vez solo me dediqué a la casa, tras varias horas la di por lista. Bajé al súper a comprar algo para el almuerzo y mientras lo hacía me di cuenta de lo decaído que estaba. En realidad lo había estado desde que mi hija saliese llorando de casa.
No tenía muy claro que hacer hasta que, mediante un estado de Whatssap, llegó a mi la siguiente canción:
Tras escucharla me dije a mi mismo que no podía continuar así. Pensé en ir a «mi playa» para pasar la tarde leyendo. Contacté con mis hermanos, por si se animaban a ir a ese u otro lado, ambos tenían planes y yo finalmente me decidí por la playa habitual de las niñas; «Ellas ya fueron esta mañana y no repetirán y si lo hacen pues es lo que hay«, me dije a mi mismo.
Mientras buscaba aparcamiento me crucé con mis ex-suegros que hacían lo mismo. «Mal empezamos» pensé. Una vez en la playa busqué un sitio próximo a la orilla y me metí en el agua, desde allí los vi llegar. Venían solos por lo que, dentro de que no me apetecía verlos, no estaba tan mal.
La realidad es que vi a mucha gente conocida, lo normal siendo mi playa de infancia. Me dediqué a leer y no me crucé con mis ex-suegros, no fue necesario ponernos en una situación probablemente violenta para todos.
Me pareció curioso ya que, cuando había bajado al súper, los había echado de menos hasta el punto de comenzar a llorar. Allí los tenía, a unos pocos metros, pero fue como con su hija pequeña, mi ex-cuñada. No tenía nada bonito que decirles por lo que mejor ni saludarlos.
Me marché tranquilo y nada más llegar a casa mis vecinos me volvieron a invitar a unos vinos esa noche. Ya tengo plan pensé, les dije que saldría a correr un rato y luego me pasaría. Así lo hice. Me impuse un ritmo alto y me vacié bastante.
Al finalizar charlé un rato con otros vecinos que estaban «a la fresca» y avisé a mi ex para hablar con las niñas. Pasado un rato sin respuesta subí a ducharme. Fue en ese momento cuando mi ex me avisó que acababan de llegar, no se había llevado el móvil. Me avisaría en un rato por lo que interpreté que iría a bañar a las niñas. Hice un poco más de tiempo antes de ducharme y al salir del baño continuaba sin aviso. Les envié un audio a las niñas de buenas noches y me bajé con los vecinos. No se muy bien por que, no quise esperar más a que llegase el momento adecuado según ella.
La velada con mis vecinos y sus invitados fue muy bien, divertida. Al final sólo quedamos ellos dos y yo. Comenzamos a hablar de «mi caso» y los paralelismos con la primera separación del chico de la pareja. Hablamos mucho, incluso de este diario y del blog. Cuando nos dimos cuenta ya eran las 4 de la mañana, nos despedimos y subí a casa donde escuché los audios que me habían enviado mis hijas.
Me contaban sus actividades durante la tarde. Habían estado con mi ex-cuñada, su pareja, su madre (mi ex) y su pareja. La actividad de pago que me describieron ya me imagino quien la financió, gracias. Hoy he podido intercambiar varios audios más con las niñas.
No dormí demasiado pero he pasado una mañana y tarde tranquilas. Hablar con mis vecinos me ha ayudado. Hoy he continuado haciéndolo, les he pasado alguna de las lecturas que he hecho y comentamos anoche. También, mi vecina para «animarme», me ha confesado que alguna de sus amigas le ha comentado que le parezco muy atractivo. Lo reconozco, me ha animado un poco, pero hemos «acordado» que todavía no estoy listo.
Ahora estoy un poco preocupado. Mi ex me ha avisado de que se lleva a mi hija mayor a urgencias por un dolor de oído que no remite. La niña lleva rato llorando. Ya le he dicho que me avise con lo que sea.
Ojalá no sea nada mi amor. En cuanto tu madre me avise hablaré contigo.
22:27. Sensación de poder.
Mi ex me ha enviado una foto del informe de urgencias. Le he preguntado que tal se encuentra la niña e inmediatamente si le iba a administrar el tratamiento prescrito por el doctor.
—Por supuesto.—fue su respuesta inmediata.
Seré sincero, tenía dudas al respecto. Incluso miedo de que se fuese a decantar por alguna solución homeopática. Ya tuvimos una mala experiencia en una ocasión y fue cuando yo rompí definitivamente con todo eso.
He compartido el informe con mi hermana y cuñada, enfermera y doctora. Ambas han coincidido en que la prescripción era la correcta para los síntomas y lo observado por el doctor.
Después lo he entendido y me he llenado de poder. Ella no se arriesgará a no realizar lo indicado en el informe médico, teme las medidas legales que yo podría tomar respecto a la guarida y custodia de la niñas. Por otro lado, si ella fuese negligente en ese sentido es lo que se encontraría.
Poder y control, lo que tenía en mi relación y algo que evidentemente me gusta. Tengo que perdonarme a mi mismo ya que eso es algo que tengo que intentar cambiar. En este caso me he alegrado al darme cuenta de que, en cierta forma, la controlaba y obligaba.
Lo primero es la salud de mis hijas pero no está bien que yo alimentase esa sensación. Definitivamente es algo que tengo que cambiar y doy gracias por haberme dado cuenta. Aquí las palabras mágicas de Ho’oponopono cobran todo el sentido del mundo «Perdóname, Lo siento, Te amo, Gracias».
Ahora, después de identificarlo, toca ponerlo en práctica y cambiar. Espero ser capaz ya que es parte importante de mi camino, de mi evolución.
Se lo he contado a mi hermana en un mensaje de whatssap:
«Buenas noches. Estoy contengo por algo que me ha producido tristeza.
Me he visto embargado de poder al ver como ella estaba obligada a hacer algo que igual no le gusta por temor a las consecuencias que le podría causar.
Luego, mientras hacía ejercicio, me he dado cuenta que repetía el patrón. Control, poder,… ya sabemos que eso me mola.
Estoy contento de haberlo visto, de haberme dado cuenta, de darle todo el sentido a las palabras del Ho’oponopono, ‘Perdóname, Lo siento, Te amo, Gracias’. Me he perdonado por alimentar esa sensación y estoy convencido de querer cambiar eso. No sé si seré capaz pero estoy contengo de haberlo visto.
Es parte de mi camino de mejora. Te quiero. «
Hace unos minutos he vuelto a hablar con mi ex. La niña ya duerme, ha tenido algo de fiebre pero no ha superado los 38ºC. Se ha despedido con un buenas noches. Yo le he respondido que ya me contará mañana que tal transcurre la noche. Nada más, no me ha salido un buenas noches ni nada similar. Continuo enfadado.
Buenas noches mis amores. Ojalá tengas la mejor noche posible y no te moleste tu oído. La quiero.