18 de Agosto de 2019

12:48. Cuatro días sin escribir. No puedo decir que no encontrase el momento, no sería cierto. Más bien no quería enfrentarme a relatar la fecha que es mañana y lo que eso supone para mi.

Comenzaré por relatar este primer viaje de mis hijas a Madrid. Ha sido maravilloso en muchos sentidos, en la mayoría. Realmente no tengo palabras por todo el apoyo y acompañamiento de mis padres, hermanos y cuñadas. En algunos momentos «los habría matado» pero es cierto que sin ellos no habría sido ni tan divertido ni tan fácil con las niñas y conmigo mismo.

Nos hemos alojado muy cerca de la Puerta del Sol, todo el centro quedaba muy a mano. Hemos hecho «lo típico», visitas a la Puerta del Sol con el Oso y el Madroño, la Plaza de Isabel II, el Teatro Real, el Parque de Oriente, Palacio Real, La Almudena, la churrería de San Ginés, la Casita del Ratoncito Pérez, toda el área comercial que sube a Gran Vía, Gran Vía, El Retiro con su paseo en barca,…  y lo principal, ver El Rey León en el teatro Lope de Vega. Dos noches y tres días que han dado para mucho. Habríamos necesitado más tiempo pero los turnos con las niñas no lo facilitaban.

Con mi ex-pareja he tenido el contacto justo respecto a las niñas. Ha sido la primera vez que he eliminado dos de sus mensajes. Fueron el primer día. Ella estaba en la playa con su nueva pareja y el hijo de este. A respuesta de una foto que envió mi hija pequeña recibimos respuesta del niño. Es un niño de 4 años, lo sé, pero no pinta nada en mi móvil. Mis hijas no lo han escuchado.

Sé que esa primera noche también durmió en casa de los padres de su nueva pareja. Ella se lo dijo a las niñas y escuché como mi hija mayor le enviaba muchos besos y abrazos para los abuelos y el padre del niño. De verdad que no me merezco a mis hijas.

Ese primer día en Madrid mi hija mayor no se encontró muy bien por la tarde, en un parque infantil junto al de Oriente. Alguna lágrima se le escapó.

—Quiero regresar a casa papá, no me gusta Madrid, hay mucha gente y es todo muy grande.

Al poco rato llegaron mis hermanos y cuñadas,  no viajaron con nosotros por motivos laborales. A partir de aquí mi hija no hizo ningún comentario más respecto a algún malestar. El último día estaba deseando saber cuando repetíamos el viaje, aunque el metro no le ha gustado mucho. Les he dicho que las intentaría traer en diciembre para cambiar el calor por el frio y poder ver el ambiente navideño.

El viaje de regreso también ha sido muy tranquilo. Después de todo un día en Madrid de compras más todo trayecto de regreso las niñas han llegado dormidas a casa. Las he metido en la cama y me he puesto a deshacer el equipaje. Al poco rato mi hija mayor se presentó a mi lado y hemos hablado un poco del viaje:

—Papá ¿A mamá le habría gustado el paseo en barca?

—Cariño, mamá no habría disfrutado este viaje, demasiado calor y demasiada gente. Sí le habría gustado el paseo en barca pero no lo habría pasado bien con el resto. De todas formas cariño, en esta situación en la que estamos, tampoco pintaba mucho mamá en este viaje.

—Papá yo sé que es mejor el estar separados a como estábamos antes, tú trabajando en el ordenador y mamá con los hilos pero no me gusta no hacer cosas juntos.

—Mi vida ya podrán hacer estas cosas también con mamá, cuando ella pueda, pero hacerlas juntos como antes es muy difícil. Mamá tendrá más trabajo y eso le pondrá las cosas más fáciles, incluso puede  que se puedan ir a otra casa.

—¿A otra casa?

—Claro cariño, como hablamos el otro día. La casa es de lo abuelos y están sus normas.

—Sí, es mucho «cuidado con el cuadro que es viejo», «no toque eso»,…

—Ya mi vida por eso mamá te lleva tanto rato «al salón» [nombre cariñoso del semisótano]. Allí no hay tantas de esas normas y pueden estar más a su aire.—También le conté que en casa de mis padres habían unas normas que no eran las nuestras y que por eso teníamos suerte de tener nuestra casa.

Antes de que la niña bajase  le había preguntado a la madre por la hora de recogida de las niñas, la mañana siguiente, y sobre como organizarnos el día 19. Cuando terminé de hablar con la niña y mientras ella me esperaba en la cama vi sus respuestas, a todo menos a lo del día 19. Le volví a consultar.

Ayer, tras levantarnos, desayunar y duchar a las niñas, terminamos todos los preparativos para que se pudiesen ir con su madre. Les quedó tiempo para pasar un buen rato jugando en el salón hasta la llegada de su madre. Nos despedimos en casa y mi hija mayor me dijo que la próxima vez en casa haría un dibujo del Oso y el Madroño.

Abrimos la puerta de la calle y su madre saludó a las niñas. Se ha cortado el pelo. Habrá terminado su cambio interior y estará con el exterior. Estos cambios de imagen en el pasado indicaban el final de una etapa. En esta nueva vida no tengo ni idea. Me dio la impresión de que esperaba que le dijera algo al respecto, impresión mía, no sé si era así y tampoco importa.

Cuando iba a meter a las niñas en el coche les dijo que tenía que decirme algo. Mientras se dirigía a la puerta yo pensaba «Espero que no tenga intención de saludarme con dos besos porque va lista». Por suerte no fue así.

—¿Qué?—Fue mi recibimiento.

—Respecto a lo del día 19. No te contesté nada porque me quedé sin respuesta pero claro que sí. Puedes pasar por la tarde o al mediodía.

—Por eso te preguntaba, para no chafarte ningún plan que pudieses tener. A mi me da igual el momento, míralo y me dices algo.

No recuerdo si me dijo adiós, yo di la conversación por terminada con esa última frase. Me despedí de las niñas mientras se iban en el coche.

Me dediqué a organizar ropa y a las tareas del hogar. Por la tarde salí a correr y he llegado muy cansado. Durante la tarde me envió fotos de las niñas en la playa, le dije que genial, las niñas tenían ganas de playa después del calor de Madrid. Ella continuó diciéndome que habían medusas pero tenían las duchas. No respondí nada más, no tenía sentido.

Más tarde mi hija pequeña me envió un audio. Me contaba que estaba en casa de los abuelos del hijo de la pareja de mi ex. No me sorprendió, me pareció «lo normal».

Hablé con las niñas al llegar de correr. Ya estaban en casa de los padres de mi ex, se encontraban muy cansadas y no tenían mucho que decir. Nos despedimos hasta hoy, para volver a hablar, y les dije que nos veríamos en el cumpleaños. Mi hija mayor se sorprendió, pensó que me refería a vernos físicamente hoy, parece que es cuando mi ex se lo va a celebrar. Imagino que  es para que pueda asistir el hijo de su pareja antes de regresar con su madre. Le aclaré que me refería al día 19, cuando su hermana cumple 5 años.

Ya he finalizado todas las tareas pendientes. Les he enviado un audio a las niñas de buenos días. Imagino que luego recibiré alguna foto de la celebración de hoy. No tengo respuesta a la hora de mañana por lo que la pondré yo y listo. Supongo que si ella lo celebra hoy le dará igual a que hora me las lleve yo mañana.

No tengo muy claro que hacer esta tarde. Bajaré a comer a casa de mi padres y ya veremos luego.

Sé que el despertar de mañana será complicado. Primer cumpleaños de mi hija que no amanezco a su lado. Duele pensarlo pero es lo que tenemos ahora. Creo que no quería enfrentarme a escribirlo y reconocerlo en el diario. Esta es nuestra realidad y me ha tocado estar sin ella en su día para poder felicitarla nada más despertar.

Que tengan una tarde genial mis amores. Las quiero mis viditas.

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