23 de Julio de 2019

00:36. Tengo que dejar de ofrecerle a las niñas que hablen con su madre en el coche. La hora no me daba muchas más opciones pero recibo tal cantidad de información que luego mi mente vuela.

He podido disfrutar de una tarde padre-hija genial. La piscina hoy estaba descartada. Mi hija mayor había pasado el fin de semana «encerrada» por un pequeño virus que le ha producido algo de fiebre. Le propuse ir a escalada, a la clase de los niños grandes. La pequeña se quedaría en casa de mi hermana y el plan la entusiasmaba.

Por desgracia no pude cuadrar la clase ya que tendría que haberlo cerrado antes con el monitor pero ella aceptó ir por libre. Lo ha pasado genial y se ha desfogado, incluso pudo participar en partes de mi clase, ha terminado rendida. Yo esperaba que pudiese jugar con el hijo de una compañera de clases si se aburría, son de la misma edad. Esta familia no ha asistido hoy pero mi hija se ha integrado tan bien en el grupo que no ha necesitado un igual.

Hemos finalizado tarde y al salir ya tenía un mensaje de su madre para que le indicase el momento de llamar. Pensé que nada más recogiese a la pequeña la avisaría.

Al llegar a casa de mi hermana la pequeña ya había cenado, mi hija mayor también quiso cenar allí. Yo había dejado el móvil en el coche pensando que sería entrar y salir. Al llegar al coche tenía un nuevo mensaje de su madre. La verdad es que ya era bastante tarde y entendía su preocupación al no haber tenido noticias de las niñas desde que yo las había recogido.

La avisé para que las llamase en ese momento, temía que la pequeña se durmiese durante el trayecto. Antes de que el coche comenzara a moverse ya estaban hablando.

Mi hija mayor le preguntó sobre dónde estaba. Ella le respondió ·»En casa, ¿Dónde iba a estar?». Entonces la pequeña le dijo que quería hablar con sus abuelos. Pensé que le pondría alguna escusa, imaginaba que no estaba allí.

Para mi sorpresa parece que algunas noches, sin las niñas, las pasa en un semisotano situado en la parte trasera. Sus padres lo destinan a algunas celebraciones familiares y como paso al garaje y zona de jardín. Alguna vez, antes de vivir juntos, dormimos nosotros en ese sofá cama.

Mi mente a comenzado a pensar si estaría ahí con él, si sus padres lo sabrían y de saberlo que les parecería, si las cosas no andarían bien con sus padres,… En fin, que he tardado un poco en ponerle freno a la lavadora de mi cabeza. Nada de eso me importa, no me incumbe ni me hace bien. Me da un poco de pena si está ahí sola por algún problema con sus padres. Espero que no sea así pero es cosa mía.

Quería plasmar esto aquí ya que es otro síntoma de lo mucho que me falta por soltar. Estoy mejor, cierto, pero todavía me queda un buen trecho para cerrar esta etapa del camino.

En otro orden de cosas, y siendo algo que me produce alegría, el blog, lo que escribo en este diario, está «funcionando» muy bien. Según la estadísticas cada vez son más la visitas diarias y mayor el tiempo que permanece leyendo en la web. Yo traduzco eso como que la historia, mi historia, interesa y que mi forma de contarla, en cierta forma, «engancha». Espero que a alguien le esté resultando útil. Se que tengo lectores muy fieles, por lo comentarios y mensajes que me llegan, tanto de conocidos como desconocidos mediante las redes sociales.

Parece que esta es la noche de que mis hijas se despierten y me visiten en la cocina, que es donde escribo hoy. Me retiro con ellas. Buenas noches mis amores.

P.D.: Ya que lo cuento todo, la madre del niño de escala que esperaba fuese ayer es madre soltera. Ya hemos hablado alguna vez y hoy esperaba volver a hacerlo. Me resulta atractiva ademas de muy agradable. Creo que este puede ser otro síntoma de mi estado actual. Subo y bajo en mi montaña rusa.

09:46. Lo reconozco, me he despertado y la he buscado entre las sábanas. Unicamente encontré soledad.

No ha sido mala noche. Mis hijas, por algún milagro divino, siguen dormidas ¡A esta hora!. Yo me he despertado varias veces durante la madrugada pero no he tenido problemas para volver a dormirme, no le he dado vueltas a la cabeza. Tampoco, hace un momento, cuando no la he podido encontrar.

Me ha sorprendido encontrarme buscándola, hacía tiempo que no me ocurría. Voy a ir preparando el desayuno, las niñas no tardarán. Me encuentro contento, mi hija mayor no ha nombrado nada de sus dolores de barriga al dormirse y, salvo una visita que me hizo anoche antes de que yo subiera a dormir, a podido descansar toda la noche sin molestias.

Buenos días mis amores.

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