23:24. Me he levantado temprano para avanzar la colada antes de ir a hablar con el chico que indiqué ayer. He logrado avanzarlas aunque luego llegará la que he descubierto es la tarea que más odio, doblar y colocar la ropa.
A las 10:00 nos hemos visto en una cafetería próxima para ambos. Le tengo que dar las gracias directamente por el gesto de ofrecerme su ayuda hace tiempo pero también por estar ahí hoy. He comenzado por decirle como me encontraba:
—Mucho más «tranquilo» pero con mucha tristeza, pena. La culpa, aunque a veces me visita, ya no me acompaña como antes.
—Aquí no existen culpables—fue su respuesta.
Hablamos durante unos dos horas, desarrollamos muchos temas, las niñas, mi situación actual, su situación, nuestra «comunicación»,… Él me dijo que me veía bien, dentro de la normalidad de estos procesos y que se alegraba por ello. Respecto a la comunicación me dijo que no lo entendía.
—Da la impresión de que te culpa de algo.
Yo tampoco sé el por qué. Si sé que me gustaría llegar a lo que él (ellos) ha logrado con su expareja respecto a su hija y la relación de padres que tienen. Continuó diciéndome que esperaba que con el tiempo pudiésemos hablar o que ella se diese cuenta de que esa manera no era la mejor para las niñas. Nos despedimos hasta que me hiciera falta.
Antes de regresar me pasé por un comercio, he tenido que comprar pantalones. He logrado mantener el peso por encima de los 78 Kg pero ahora mi cuerpo comienza «a organizarse» y mi cintura se ha reducido. La pila de pantalones de «por si subo de peso» ha aumentado dejándome sin muchas opciones para el uso diario. Ya lo he resuelto, espero mantenerme aquí.
Ya en casa me he dedicado a la ropa y una vez finalizado me he ido a la playa para continuar con la lectura. También para no darle vueltas a la falta de comunicación.
Hoy por la mañana, a primera hora, les envié un audio a las niñas preguntándoles por su noche e interesándome por el estado de la mayor después de la vacuna. No he recibido ninguna respuesta, ni de las niñas ni de ella. No ha sido hasta la noche que he podido hablar con las niñas. En fin, si así lo quiere, así será, no merece la pena luchar con esto, también me rindo en este aspecto.
Después de la playa he pasado por casa de mi hermana, allí hable con las niñas. Ella tampoco entiende el tema comunicación. Esta noche las niñas vuelven a hacer pijamada en casa de su hermana. Me da la impresión de que la relación con sus padres está algo tirante. Es como si no quisiera pasar mucho tiempo por allí. También puede que vuelva a salir otra vez. Sea lo que sea, si no afecta a las niñas no es asunto mio.
A mi hermana se le ha escapado que mi hermano se los ha encontrado, el último día que también hicieron pijamada y la niña se cayó de la cama estando ella fuera. Ahora entiendo la pregunta de mi hermano la última vez que nos vimos, la forma de hacerla:
—¿Y tú cómo estás?
Creo que evaluaba si contármelo o no. Ya me lo dirá algún día, la verdad es que no me ha afectado saberlo, bueno la palabra exacta sería confirmarlo.
Le he contado a mi hermana que, en la playa, he podido ver que puedo estar bien estando solo, que puedo disfrutar de mi tiempo. Este es el camino a seguir. Aprender que mi felicidad solo depende de una persona, yo. Si luego aparece alguien será para ampliarla, pero siempre desde la individualidad de cada uno y con la decisión conjunta de hacer parte de nuestros caminos juntos.
Día de avances el de hoy.
Buenas noches mis amores. Mañana las recojo temprano para ir a escalada y luego tenemos fiesta de cumpleaños. Las quiero mis viditas.