08:04. Hoy hace un mes que me comunicaste que nuestra vida juntos terminaba, aunque lo sabías hacía mucho tiempo ya, tal vez no lo veías pero lo sabías.
Las niñas todavía duermen, ayer terminaron agotadas. Yo me he vuelto a despertar de madrugada y ya no he vuelto a dormir. He soñado contigo, estábamos en casa aunque separados. Comenzamos a tener sexo pero te detuve porque no quería ser «el otro». A ti te daba igual y me decías que tu otra relación no era nada. Yo no podía estar contigo y creo que en ese momento me desperté. A partir de ahí intenté frenar el torbellino de ideas que inundaban mi mente pero en algunos momentos no lo logré.
Tenía una lavadora a punto de finalizar con parte de la ropa que le había comprado ayer a las niña. Las dejé durmiendo y subí a tenderla y a poner un segundo lavado. Mi mente volvió a sumergirse en discusiones futuras que no existen. Según terminé en la azotea baje a la cocina y moví la mesa al mismo lugar que estaba antes de que te fueras, las niñas la prefieren así. Acto seguido me toma una píldora, hace unos días fui al médico de cabecera y me recetó un fármaco con una pequeña dosis, la mínima, de Bromazepan. Según el doctor para aliviar la tensión, la ansiedad y prevenir caer en una depresión. Inicialmente 1 por la mañana durante una semana y luego sólo de forma puntual cuando no pudiese detener mi mente. La verdad es que creo que me han ayudado bastante a no estar tan enfocado en este tema.
De esta forma y hasta que pase algo más de tiempo espero poder disfrutar más de las niñas sin tantos momentos pensando en ti, continuando sin entender por qué no estás, por qué te pierdes estos momentos, por qué no fuiste capaz ni de intentarlo y por último, lo más importante, por que has sacado a las niñas de su hogar.
Creo que mi abogado no se ha puesto en contacto con la tuya todavía, hoy es festivo por lo que tampoco podrá ser. Me habría gustado que lo hiciera cuando las niñas estuviesen conmigo pero él maneja los tiempo en estos casos mucho mejor que yo. No me queda otra que confiar en su criterio y esperar que todo llegue a buen puerto, sobre todo para las niñas.
Anoche, cuando las niñas hablaron contigo, te noté entre sorprendida y con cierto gesto de triunfo. Creo que fue toda una sorpresa para ti que las llevara a comprar ropa o que hiciera cambios en la casa. Incluso les dijiste que me recordaran de colocar la cortina de su habitación. No me daba cuenta de lo que nuestra situación me estaba haciendo y lo «en automático» que estaba. Yo ya estoy cambiando, a base de palos, pero estoy en ello y es para mejor. ¿Lo estás haciendo tú?. Nos queda un largo camino a ambos. Se despiertan las niñas, comienza otro gran día.