28 de Abril de 2019

19:04. Habíamos quedado a las 9:00 para que yo fuese a votar y marcharme directamente al trabajo. Te presentaste a las 8:10 y a mala hora te permití subir.

Estaba preparando el desayuno de las niñas y te pregunté si querías zumo de naranja, lo estaba preparando. Te acercaste a saludarme con 2 besos, no puede reconocer tu olor. Subiste a saludar a las niñas y escuché como te pedían ver el regalo para el cumple y como nuestra hija pequeña te pedía que le dieras el pecho.

Terminé de preparar el desayuno y subí para avisar a las niñas de que todo estaba listo. Te volví a invitar pero no querías. A mi sólo me entró el vaso de zumo de naranja. Dejé a las niñas desayunando y te acerqué la libreta con la que nos comunicamos, volví para terminar el desayuno de las niñas. Nuestra hija mayor terminó la primera y mientras lo hacía la pequeña le dije que ahora nos despediríamos ya que tenía que marcharme. Ella, la pequeña, me preguntó que ¿Por qué? y yo le respondí que ya le tocaba a mamá sus dos días y que yo tenía que ir a trabajar. Ella me dijo que no, que era mejor papá 3 días y mamá 2, imagino que también tú lo escuchaste. Yo le respondí que eso no sería justo y le di un gran beso.

Volví a acercarme dónde tú estabas y te comuniqué que nuestra hija mayor me había pedido más espacio para su ropa, yo le había dicho que podía utilizar uno de los cajones que habías vaciado de la cómoda. En ese momento me lo dijiste. No se si se debió a lo que dijo nuestra hija pequeña o a lo que había puesto en la libreta respecto a las tareas. Había limpiado el baño y te decía que no era limpiar sobre limpio, que hacían ya 7 día de la última vez y era lo mínimo que nuestras hijas merecían.También había limpiado el polvo del salón, que hacía 10 días de la última vez, aunque en la libreta no te señalaba nada de esos días. Por último te entregaba la casa barrida por completo.

Me comunicaste que no ibas a cumplir el acuerdo que estábamos negociando, en tu turno te llevabas a las niñas, así yo podría rehacer mi vida (¿Tengo que agradecerte el favor?). Te contesté que no me parecía bien y te pregunté a dónde te las pensabas llevar; a casa de tus padres, me respondiste, a la habitación libre.

Te pregunté si ibas a cambiar las normas de casa de tus padres y me dijiste que no pero que sería lago provisional, habías visto una casa de alquiler cercana y que cuando tuvieses trabajo te mudarías. En ese momento te consulté sobre la situación económica de las niñas y me dijiste que dependías económicamente de tus padres. Yo te indiqué que no me refería a eso si no a sus gastos (escuela, ropa, gastos médicos). No supiste que responderme.

Quería saber que había cambiado para que una opción, descartada en un principio, ahora fuese válida. Me respondiste que esta no era tu casa y que estabas de prestada. Además no podías hacer la cosas, limpieza y comida, a tu forma y gusto.

Te repetí una y otra vez que no me gustaba nada que fueses a sacar a las niñas de su ambiente a lo que me contestaste que habías hablado con muchas parejas separadas y que esta opción que teníamos no era buena.

En ese momento pensaba que estabas siendo egoísta, pensando en tu bienestar y no en el de las niñas. En casa de tus padres lo tendrías todo hecho, no ya a tu gusto si no directamente todo hecho por tus padres. También pensaba que daba igual con quien te comparases, todas esas parejas tenían una solución habitacional propia y la capacidad de mantener a sus hijas, ese no es tu caso. Tú ibas a estar de prestado pero mis hijas no tenían por que estarlo.

Te consulté a partir de cuando y me dijiste que esa misma noche comenzarías. Te repetí nuevamente que no me gustaba a lo que ya, imagino que cansada o a la defensiva, me respondiste que no necesitabas mi autorización. También me dijiste que querías llegar a un acuerdo y ofrecerme el contacto de tu abogada para poder alcanzarlo. Mi respuesta fue que no tenía nada que hablar con ella, que ya tenía el mío. Continuaste diciéndome que querías que nos reuniésemos con los abogados para ir cerrando el acuerdo. Te respondí que esa era mi intención desde el principio, llegar nosotros a un acuerdo de mínimos y luego pasárselo a los abogados para su redacción.

Te pedí que me enviases tu propuesta de acuerdo y tu propuesta económica para yo enviársela a mi abogado. Nada podía hacer si decidías llevarte a las niñas tus días pero no creía que fuese lo adecuado y así te lo dije.

Me dijiste que continuaba mirando al futuro y que tú estabas viviendo el presente. Ya, como cuando me hablaste de esa casa en alquiler para cuando tengas trabajo ¿Verdad?.

La cabeza me iba a mil revoluciones y  te respondí lo que pensaba en ese momento, te dije que no sabía por donde tiraría, ya no estaba seguro de querer un acuerdo. Tu respuesta fue que le preguntara a las niñas a ver que les parecía. Tengo claro que si les planteas «una pijamada» en casa de sus padres van a ir encantadas pero tu hablas de que vivan ahí 15 días al mes. Por último me dijiste que no me preocupase por la casa, que no me la querías quitar, que no querías nada. Yo me reí y te lo dije claro: «no tienes ningún derecho sobre la casa pero ¿de verdad piensas que me importa la casa o el dinero?. Me importan mis hijas.«

Me despedí de las niñas y me marché. Hablé con mi hermana y con mis padres, ninguno lo podían creer. En el trabajo hablé con mis compañeros, les conté mucho y tampoco lo entendían.

También he podido hablar hoy con el abogado y me ha dicho que dada tu situación laboral y habitacional podría tener posibilidades de lograr la custodia completa, que en el peor de los casos y, aunque a veces es imprevisible, quedaríamos con la custodia compartida y en la situación en la que nos has colocado ahora. No se si tu abogada te ha pedido que me sondees  por aquí a ver como reacciono  y rebajo alguna parte del acuerdo o de los requerimientos económicos respecto a las niñas.

Ahora mismo no se por donde voy a tirar, mañana nos vemos en el pediatra y ahí me imagino que me dirás algo. Tengo claro que en el caso de no tener un acuerdo no lo voy a demorar mucho. Si hemos llegado hasta aquí «jugaré mis cartas», aunque esto no sea un juego si no el bienestar de mis hijas. Iniciaré la demanda ahora que no tienes ni trabajo ni sustento económico. No quiero llegar a eso pero por el bienestar de mis hijas estoy dispuesto a limitarte a un régimen de visitas. Lo siento pero mis niñas van primer y tú estás siendo muy egoísta con ellas.

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