Ayer fue un día tranquilo. Por la mañana, a primera hora, me despedía de mis hijas mientras dormían. Tenía que ir a trabajar y mi hermana se ocuparía de despertarlas y llevarlas al cole.
En el trabajo fue un día monótono, no estaba en mis habituales 24 horas si no en un turno normal de mañana de 8 horas. Hablé con varios de mis compañeros de nuestra situación, en algunos momentos se me saltaban las lágrimas hablando de las niñas. También tuve que hablar con el principal responsable de área ya que con esta rotación de 2 días que hemos establecido me sería imposible cumplir con los plazos marcados para unas conferencias. Me ha dado flexibilidad al respecto, les tengo que dar las gracias por esa ayuda.
Cuando terminé volví a casa de mi hermana para intercambiar los coches. Ella se había llevado el mio para no andar cambiando las sillitas de vehículo. También por que hoy estoy de 24 horas y mañana otro turno de 8 horas de mañana. De no haber logrado la flexibilidad no habría podido ir a buscarlas mañana al cole y habría sido mi hermana la que se ocupase.
Hablé con ella y le dije que me encontraba tranquilo, «soltarla» había sido liberador en muchos sentidos. Después bajé a casa de mis padres y salí a correr unos 45 minutos antes de mi primera cita con la Psicoterapeuta. Antes de entrar hablé con las niñas, ya había sabido de ellas por la mañana y también por la tarde, después de piscina. Estaban muy contentas por todo lo realizado durante el día, cuanta paz me da hablar con ellas cuando no las puedo tener cerca.
Llegó la hora y subí al despacho de la que esperaba se convirtiese en mi terapeuta. Después de una presentación un tanto fría comenzamos con preguntas simples hasta que por fin llegamos al «Bueno ¿Por qué estás aquí?». Se lo conté todo, desde muy al inicio de nuestra relación hasta los últimos momentos. Se me quedaron muchas cosas atrás, de eso estoy seguro. Fue una primera cita muy larga, aunque el tiempo voló para mi. La más larga de su historia, según me dijo. Bastante más de 2 horas. Tuvo que pedirme que parase, yo le quería contar absolutamente todo.
Me dijo que estaba muy «acelerado», que tenía que intentar calmarme, que no era consciente de lo mucho y lo rápido que había hablado. También que esto lo tenía que vivir lentamente, que incluso este diario y el proyecto del blog no eran más que una escapatoria de este momento que tanto me duele. «Este proceso lo tienes que pasar con mucha compasión y dignidad hacia ti mismo. 24 días no son nada en un relación de 24 años, es sólo una inspiración. Es necesario que lo interiorices para poder comprenderlo».
También me comentó que teníamos muchos aspectos que ordenar. Aspectos de tipo emocional, como nuestra relación, de cual era mi sitio, etc, etc, etc. Que no tenía que preocuparme ya que seríamos capaces de lograrlo al ser yo una persona de metas que de una u otra forma siempre lucha por lograrlas. Una vez finaliza la sesión , ya bastante tarde, me dio una nueva cita «debería ser la próxima semana pero no tengo ningún hueco», la cerramos para el primer hueco que nos coincidió a ambos.
Nos despedimos de una forma mucho más cálida «nos presentamos dándonos la mano. ¿Nos despedimos con un beso?» Eso le pregunté y nos despedimos con un cálido abrazo.
Prácticamente fui el único que habló o más bien vomitó durante todo el tiempo hasta que me pidió que parase. Tanto fue así que hoy estoy completamente afónico. Durante mi monólogo, reí, me emocioné, me enfadé,… muchas cosas fueron saliendo, aunque no es nada comparado con todo lo que está pendiente de salir.
Regresé a casa de mis padres y le conté a mi hermana. Me recomendó recurrir a unos fármacos ya que necesitaba descansar después de este día tan complicado y así lo hice.
Esta mañana me desperté antes de que sonase el despertador. Había soñado contigo. Volvías a mi y me pedías perdón, me decías que estabas arrepentida. Yo te dije que lo lamentaba pero que ninguno de nuestros caminos estaba hecho. «Mientras no estén completados no es posible un nosotros, podemos tratar de ser amigos pero el resto de condiciones tienen que ser las mismas«. No te lo tomaste bien en el sueño. Me lo quité de la cabeza y salí para el trabajo cuando tenía que haber sonado el despertador.
El día de hoy también ha transcurrido tranquilo. Pienso en ti, pero ahora es diferente, lo hago con lástima y decepción. Yo creo que tú no estás haciendo el camino que yo esperaba, el que creo que era necesario para que comenzarás a tomar las riendas de tu vida y eso me decepciona. Me lo tengo que repetir «ese no es tu problema es el mio al pensar así». Me da miedo que termines siendo una carga para las niñas, pero ese miedo a día de hoy también es mi problema.
Como quedamos he realizado los cálculos de todo lo que supone mantener a las niñas y los consumos de la casa. Tenemos que estimar otras cosas que no he podido desglosar a partir de los registros de mis tarjetas y cuenta corriente. La cantidad justa creo que estaría próxima a los 500€ cada uno, aunque creo que vas a intentar rebajarlo como sea. Bueno ya veremos como lo cerramos.
También te he enviado una nueva versión del borrador donde se recoge que la Patria Potestad es al 50%, al igual que tus aportaciones. Faltan dos cosas más como mínimo, pero prefiero hablarlo cara a cara. La primera sería designar un representante ante los derechos de visita a las niñas, por parte de ambos, si alguno de los dos falta. La segunda es establecer que ocurre si alguno no cumple con la aportación económica. Sí, sin duda es mejor hablarlo cara a cara y esperar tu reacción al ver la realidad terrenal que yo he asumida durante tanto tiempo y ahora te toca compartir.
Mi hermana me ha pedido que desconecte ya por hoy y le he dicho que lo hacía volcándolo en el diario. Ya he terminado y tampoco quiero subir nada al blog por lo que a ver que me invento o como me sorprende el trabajo a partir de ahora. En unas horas hablaré con las niñas y mañana ya estaré con ellas. Que tengan buena tarde mis amores.
23:48 Finalmente ha sido una tarde/noche entretenida pero no lo negaré, te he echado de menos. Te he preguntado si has visto los documentos y he obtenido silencio.
He hablado con las niñas, están muy ilusionadas con las búsqueda del tesoro de los huevos de Pascua que les prepararé en casa de mis padres mañana.
Hace un momento te he visto en línea y, evidentemente, también él lo estaba. He optado por poner el móvil en modo avión. Lo se, no puedo hacer nada pero bueno, así tampoco me pongo a mirar.
Voy a leer un rato y a tratar de dormir. Buenas noches mis amores.