17:37. Han sido días extraños. Ayer fue la mañana del teléfono. Se puso en contacto conmigo tu mejor amiga. Entre otras muchas cosas, después de casi 2 horas de conversación, coincidió conmigo y con el resto de personas, que no era normal tu «desapego» con las niñas.
Después de hablar con ella pensé en contactar con tu Psicólogo o tu hermana pero me dije que no tenía derecho a meterme. Sin embargo, terminé llamando a tu hermana. Ella me dijo que apenas sabía de ti pero que intentaría contactar contigo.
También aproveché para finalizar el borrador de nuestro acuerdo con el que poder darle forma juntos. Te lo envié a primera hora pero tu móvil no estuvo activo hasta bien entrada la tarde.
Este día comenzó mal, con un gesto feo por mi parte a nuestra hija pequeña el cual todavía no me perdono y lloro al recordarlo. Puede que fuese una tontería pero no lo fue para ella. Quería dejar algo que tenía en su manita dentro del coche, antes de salir caminando a la escuela, y yo quería que saliese porque bloqueábamos el paso a otro vehículo, al estar la puerta abierta. Finalmente, y de forma brusca, la saqué del coche y la dejé en la acera con un tono de voz enfadado, y lo estaba, aunque era contigo y no con ella. Nuestra pequeña «se arrugó toda» y cuando me di cuenta me arrodillé frente a ella y le pedí perdón. Ambos comenzamos a llorar abrazados en la acera. Ese fue mi peor momento del día. Las niñas no se merecen nada de esto por nuestra situación y yo no me pude contener.
Pasé la tarde con ellas, peinándolas y preparándolas para el ensayo de la mayor. Mientras ella ensayaba yo estuve con la pequeña en el parque y en otras partes de la ciudad. Por fin llegó el momento de ir a buscar a su hermana y por fin tú contactaste, el primer contacto del día (19:14). Te envíe unas fotos de las niñas peinadas y con el vestuario. Había pensando en enviárselas a tu padre, ya que tu móvil no estaba activo, pero me dije a mi mismo que eso te correspondía a ti y que si tú «no querías» pues no podía hacer mucho más.
Ya en casa te lo pregunté por Whatssap, si te valía sólo con un:
Mensaje que me habías enviado y yo te respondí con un «bien, o tal vez quería hablar con ellas?». Por fin llamaste y pudieron hablar contigo. Luego hablamos nosotros y aunque inicialmente nos veremos mañana (hoy por la mañana), te lo dije. Las niñas no pueden pasar de 100 a 0 con su madre los días que están conmigo. Me respondiste que no querías afectarme ni interferir en mi creación de vínculos con las niñas. ¿¿¡¡Creación de vínculos!!??
¡¡Coño!! No te pido que estés aquí todo el día pero sí que las niñas sientan que tienen madre después de la crianza de apego que hemos practicado todos estos años. Respecto a lo de los vínculos prefiero ahorrarme los comentarios. Terminaste por decirme que esta situación también era nueva para ti y que podías haberte equivocado en ese aspecto, que te diese un margen de error. Yo continuaba pensando que estás en tu nube y que esa sólo era una escusa más.