11 de Abril de 2019

Puta vida, Armonía y Buen Rollo.

00:24. Finalmente el día de ayer resultó ser una mierda emocionalmente hablando. Después de una mañana con un compromiso laboral y de estar organizando el primer día de piscina de nuestra hija pequeña, me ocupé de la comida y fui a por las niñas. Continuaba enfadado contigo por no ponerle nombre a nuestra separación, o tal vez por todo y eso fue el detonante.

Una vez había despedido a nuestra hija mayor, se iba a comer a casa de una compañera hasta finalizar la piscina de la pequeña, nos metimos en el coche y, nada más entra,r nuestra hija pequeña comenzó a demandarme la canción que había estado escuchando en tu coche, de forma reiterada según parece. Decía algo de «me estoy enamorando» pero no le hice mucho caso.

Llegada la hora nos fuimos a piscina y se fue muy ilusionada con su monitor ¡Su primer día!. Me habías pedido poder verlo y te avisé, su clase duraba sólo 30 minutos y llegaste cuando faltaban 15. Yo había sacado su mochila del vestuario por si, durante su clase, quería volver y así poder abrigarla con la toalla, etc. Cuando te vi en la recepción te entregué la mochila y me dijiste que ya la recibías tú, sólo puede estar un adulto acompañándola. Inicialmente te dije que sí pero mientras esperaba arriba comencé a sentir que me robabas el momento y que yo lo había permitido. Sé que me había cambiado la cara, cuando llegaste con la niña tu gesto no me dejó dudas de que percibías mi malestar.

Mientras nos acercábamos a la zona de aparcamiento nuestra hija te preguntó de nuevo por la canción y sobre quien la cantaba, por lo bajo le dijiste Ana Gabriel. Nos despedimos en el aparcamiento y fui a buscar a nuestra otra hija. Al estar los 3 en el coche, la pequeña volvió a preguntar por la canción a su hermana y esta sí que la recordaba. En efecto era «Me estoy enamorando ahora» de Ana Gabriel.

Al llegar a casa me la volvieron a pedir y no dejaban de cantar el estribillo, si que tuvieron que escucharla en tu coche para tener esa fijación. Al ponérsela y escucharla mi rabia se multiplicó por dos, pero estaba con las niñas. No podía dejarla salir visiblemente y mucho menos descargarla sobre ellas. Sin embargo no me contuve y te lo «agradecí» por Whatssap de la mejor forma que pude. Tu respuesta fue rápida:

"Lo siento. No la pondré más"

Ese emoticono todavía me enfureció más, por lo que menos puede contenerme. Estaba claro que sabías perfectamente a que canción me refería y por qué te lo decía.

Te volví a responder, conteniendo los sapos que pasaban por mi mente:

"No, no . Disfruta tu nueva vida. Me alegro de que por fin tengas tus mariposas en el estómago. Pero date cuenta de lo que tienes a tu alrededor y que tus actos no sólo tienen consecuencias sobre ti. Tal vez, cuando te bajes de la nuve, puedas verlo y entenderlo.
Yo he entendido muchas cosas en estos días, ojalá tengas la misma suerte"

De nuevo «la carita» triste por respuesta. Ante ella te recriminé que no quisieras hablar conmigo todo lo que tenemos pendiente. Por otro lado, el día «que vi la luz» también te dije que tenía mucho que contarte, cuando tu quisieras, y que lo estaba respetando. Tu respuesta fue que pensaste que hablaríamos  el viernes, de verdad que no se de donde sacaste ese día.

Ahora ya hemos quedado para el viernes. Por lo menos algo positivo.

También me dijiste:

"Quiero Armonía"

Me preguntaste si estaba bien para quedarme con las niñas, si quería que te quedases tú en casa con ellas esta noche. No sé en que demonios estabas pensando para preguntarme eso.

Terminé por cerrarme en banda:

tresemoticonos-triste

A qué hora el viernes? Lugar?

Tu respuesta no me ayudó:

"Como me habías dicho que querías hablarme pues hablemos. Yo quiero buen rollo."

Hemos quedado en casa, aunque, como tú sugeriste, igual no es buena idea. Será mejor ir a otro lugar porque ahora mismo parece que estoy hablando con una adolescente de 15 años y no se que me voy a encontrar el viernes. Además he creído ver que, con la rabia que yo tenía en ese momento, no te sentías segura de venir a casa a verme. Mañana pensaré otro lugar donde estemos «más seguros» los dos.

Según tus propias palabras querías: «dejarte llevar por la ilusión, romanticismo, magia, soñar despierta, vivir sin responsabilidades, sin juicios, sin facturas, sin preocupaciones, vivir simplemente libre,… Una utopía». Lo definiste muy bien, utopía.

Ahora estás en ella pero, ojalá que no sea una fantasía. Varias personas, algunas de tu plena confianza, han hablado conmigo y coincidimos en que todo es una fantasía. Vuelvo a repetir que me da miedo cuando se te rompa «el globo», aunque ahora mismo deseo que lo haga y te des tal batacazo que veas todo el dolor que estas repartiendo, no sólo a mi, también a tus hijas y tu propia familia.

Me planteo cosas de nuestro acuerdo, cosas sobre las que te quería hablar después de mi primer cambio. También sabía que toda la paz que sentía se marcharía y pasaría días de furia. Nunca pensé que se presentara por tu vuelta a la adolescencia, por esta aparente falta de madurez  a tus 42 años.

¿Sientes culpa? ¿Por eso no le pones nombre? ¿Por eso te escondes para estar con él? ¿Por eso continúas durmiendo con las niñas en nuestra cama cuando la pequeña ya no demanda el pecho? ¿Por eso has usurpado la lectura que tenía con nuestra hija mayor y me has «robado» este primer día de piscina con la pequeña?. Llegará el momento en el que este castillo en el aire se te derrumbará pero esa vez ya no será mi problema y en realidad si lo será ya que con seguridad afectará  a las niñas.

En fin, he intentado que mi rabia no afectara a las niñas, a los juegos que hemos tenido esta tarde, pero reconozco que en algún momento he sido muy brusco con ellas verbalmente. Esto no es culpa tuya pero ¿No te das cuenta qué tus actos tienen consecuencias?¿Qué si yo no estoy bien las niñas no estarán bien?.

Me alegro de que estés bien, aunque ahora mismo para mi, vivas una fantasía y no crea que realmente lo estés. Pero si tú estás bien las niñas también lo estarán. En tu bienesetar, de una forma que espero sea inconsciente, vas esparciendo dolor de forma gratuita.

De verdad que me da miedo si algún día despiertas, mirás atrás y ves todo esto. Desde luego para estar tomando las riendas de tu vida no te estás preocupando por lo más importante, tus hijas. Ahora mismo en esa cabecita sólo existes tú y tu felicidad. Se feliz por favor, pero no me lo restriegues por la cara con tanto desdén.

En fin, hoy me espera una larga noche a la que ya me voy pensando que, mientras tú estas viviendo tu utopía, mientras sientes, yo  soy el que tira del carro, el que se ocupa de todo lo demás. La vida no es justa, puta vida, armonía y buen rollo. A ver si el viernes me explicas que armonía y buen rollo son los que quieres. Tal vez buscas la mayor utopía, en la que yo soy necesario para no tener nada de lo que no deseas, que sea yo quien se ocupe de toda esa parte. Puta vida para mi, armonía y buen rollo para ti.

No se si todo esto es un paso adelante o atrás en mi evolución.

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