??:?? am. Pensaba que esta noche dormiría de corrido pero ya veo que no. Aquí si te echo de menos mi amor, la casa está tan vacía sin ti. He visto muchos de tus cajones vacíos y me doy cuenta de que de verdad te has ido. Te has marchado y aquí vienes a cuidar y a disfrutar de tus hijas. Yo sigo viviendo aquí y preparo la mochila para pasar unos días fuera, tú lo haces al revés. No quiero culparme pero muchas veces lo hago, sé que fue cosa de 2 pero el Troglodita fui yo. Podíamos haber tenido un amor inmenso de haberlo visto antes.
Acabo de ver la cita que has compartido:
«Tenemos dos opciones, podemos estar llenos de miedo o de amor» – Albert Einstein.
En este momento yo cambiaría miedo por mierda. Teníamos demasiada mierda, por muy diversas razones, que no nos permitía amar. En ese sentido estoy contento por que los dos la estemos sacando y preparando todo ese espacio para el amor, o eso espero. Duele que no vaya a ser entre nosotros porque, sinceramente, creo que podríamos haber tenido un amor muy grande, de los que duelen y alguna vez ya sentimos el uno por el otro. Te quiero pero soy consciente de que te podía haber querido mucho más.
También he visto que fui egoísta al no alternar las rutinas de la noche escudándome en que sólo tú podías dar el pecho, más mierda para fuera. Yo también las podía haber acompañado mientras se dormían. Ahora descubro que me he perdido muchas más cosas de las que pensaba y que nuestras hijas son maravillosas en todo lo que hacen.
Recuerdo la segunda noche de nuestra separación, una noche complicada por mis miedos pensando que no estabas bien mentalmente y las incertidumbres de tener que irme y dejarte a las niñas en tus días. Esa noche nuestra hija pequeña estaba especialmente inquieta y la invité a venirse a nuestra cama conmigo. Me sorprendió que me dijese que no, por lo que le pedí acompañarla yo en su cama. Me acosté a su lado para darle calor y lo maravilloso, además de ese «no» de nuestra hija, fue que apareció la manita de nuestra hija mayor bajo las sábanas cogiendo mi mano, sosteniéndome, ayudándome a sacar mierda y meter amor.
Las cosas ocurren por algo y este es el camino, incluso si ahora me dijeras de dar marcha atrás a toda esta locura probablemente te diría que no. No quiero tener la posibilidad de volver a ser el que era, no quiero quedarme en Troglodita Emocional, quiero evolucionar y, tal vez, después de ese paso podamos ser grandes amigos o quien sabe si algo más. Pero ahora toca mirar en el presente, las niñas, tú y yo.
Los cuatro tenemos que estar bien e intentar ser felices aunque el camino sea tan duro y esté lleno de incertidumbres. Como dice mi hermana, «día a día y soltando el control«.
Te he dejado marchar pero sé que tú todavía no lo has visto. Creo que, en cierta forma, intentas protegerme y te lo agradezco pero no es necesario
Tú buscas encontrar lo que yo no era capaz de darte por estar completamente ciego. Pero no, no puedo estar triste, aunque duela, por eso sólo puedo estar feliz. (Termino este párrafo a las 06:50).
07:28. No puedo seguir en la cama. Las niñas han dormido toda la noche de corrido y yo desearía que ya estuvieran despiertas para no sentirme tan solo. Les prepararé tortitas para desayunar,…
23:01. Estoy cansado, contento, triste, con rabia,… Hoy ha sido un gran día y a la vez un infierno. Lo he pasado genial con mis hijas, hemos tenido senderismo, restaurante, parque, más parque, paseo, castillos hinchables,… ellas querían todavía más pero mi falta de sueño e imagino que de calorías ingeridas ya no me permitían dar más.
Por otro lado, el que tú no estuvieras, no saber donde estarías,… eso ha sido una losa para mi. Además las niñas, que te han nombrado poco pero cada vez que lo hacían era como una puñalada. Creo que ver tus cajones vacíos me han dado un baño de realidad que ayer no había procesado. Como de costumbre el Troglodita que habita en mi tarda en comprender o, tal vez, no quería verlo.
Te he echado de menos, hoy has faltado y no ha sido solo a mi, eso todavía me resulta más doloroso. Cada vez que te nombraban, buff… Todavía pesaba más, por la forma en que te fuiste y en lo que me comentaste luego. Te lo dije, que podías verlas cuando quisieras, incluso no me hubiese importado que vinieras con nosotros. Ayer pensaba que por las niñas, hoy ya no estoy tan seguro de si esa era la razón. La realidad es que no, aunque lo necesitaras, fue no, posiblemente por protegerme y probablemente fue lo mejor para mi, aunque duela.
Lo que ya terminó conmigo fue la conversación que tuve con las niñas por la noche en casa. Les comenté que faltaba poco para Semana Santa y que no tendrían cole. Este les produjo un pequeño enfado (mis hijas estudian bajo una pedagogía no convencional y les encanta su escuela). Para «intentar arreglarlo» les dije que eran vacaciones, ellas recordaron sobre la marcha los planes que habíamos hecho para verano. Les expliqué que la situación ahora era diferente, que no podríamos irnos todos los días ya que eran muchos y ellas mismas reconocieron que no querían estar tanto tiempo sin verte, lógico y razonable por otro lado. Yo tampoco me atrevería ni a proponerlo porque si lo propusieras tú yo me moriría, tanto tiempo sin poder abrazarlas, ahora no podría.
Lo peor fue su solución inocente: «Pues nos vamos todos» ¿Cómo les puedo explicar a las niñas que tú no quieres estar conmigo?. Esta fue la puñalada más grave del día.
Tenemos que hablar del tema del abogado, de lo que he cambiado, de las niñas, de tantas cosas. Pero creo que me evitas o directamente no les das importancia. Que triste es todo esto, miedo me da la noche.